jueves, junio 24, 2004

No marches, dijo la Chota
Nunca he sabido que en ninguna parte del mundo, una marcha haya cambiado las cosas. Millones de personas se volcaron a las calles cuando Bush decidió invandir Iraq sin que nada cambiara de rumbo. Las bombas cayeron sobre Baghdad, con marchas o sin ellas.

Por eso me cuestiono respecto a la marcha del domingo. Una marcha silenciosa que la sociedad civil organiza para protestar contra la inseguridad en que se vive en esta ciudad. El gobierno local, desde luego, ha querido boicotearla, diciendo que es parte del famoso complot contra AMLO que ahora incluye hasta a la embajadora española.

La única vez que he ido a una concentración similar fue cuando la matanza de Acteal. En aquellos días estaba de vacaciones en Mazatlán y la persona con la que estaba, cuando vio las noticias, dijo algo así como "qué bueno que maten a estos zapatistas". Al volver a México hice con otros cientos de personas una guardia dolorosa en el Ángel de la independencia. Pero los muertos no abandonaron su sepulcro.

¿Vale la pena unirse a la marcha? ¿Podrá rebasar partidismos para ser una auténtica expresión de repudio ciudadano a la violencia que ha inundado nuestras calles? ¿Cambiará de algo el ir del Ángel al Zócalo?

No lo sé, pero me parece mucho peor la apatía y la inacción, que son parte de las razones que nos han hundido en la miseria moral en que vivimos ahora.

Por lo pronto, ya tengo lista mi playera blanca.

Nos vemos el domingo en el Ángel, para algo más inteligente que celebrar el fútbol.

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