jueves, enero 29, 2004

El auténtico Big Brother

Mi amiga Raquel Castro es, entre otras cosas. guionista del canal once, concretamente del programa Diálogos en confianza, que se ha convertido en un espacio de discusión inteligente donde se ha privilegiado la tolerancia y el conocimiento objetivo —llamando las cosas por su nombre— por encima de la ignorancia y el miedo disfrazados de moral.

Como he contado en otras ocasiones, no tengo TV, pero estoy convencido de que el canal 11 es el que ofrece los contenidos más inteligentes de la programación abierta.

Ahora Raquel me cuenta que este valioso espacio televisivo se ve amenazado por la censura, producto de la estrechez de criterio de las personas que por azares de la administración del Politécnico han quedado al frente del canal.

Entre otras cosas, se ha solicitado a quienes producen Diálogos... a evitar hablar de asuntos que antenten contra la supuesta moral pública, léase que se hable de gays y lesbianas y cualquier otro tema que pudiera incomodar, cuando menos, a Jorge Serrano Limón. Asimismo, el director del canal decidió cancelar la transmisión de la serie Queer as folk, exitoso programa inglés que ha sido adaptado en Norteamérica sobre un grupo de amigos gays, algo así como la versión homosexual de Sex and the City pero sin Sarah Jessica Parker (mamita).

Éste es el auténtico Gran Hermano, el dictador mediático que decide por mí qué es lo que puedo ver y lo que no debo. La censorshit, como la llaman los punks gringos.

No veo porqué la telera tenga obligatoriamente que ser una caja idiotizante, y me uno a la propuesta de Rax para enviar un mail a la dirección del canal 11, protestando por esta política reaccionaria y retrógrada.

A todos los interesados en conservar un importante espacio dedicado a la reflexión y la discusión los invito a unirse a la causa de Raquel. La información completa está en su blog, aquí.

Lost in Translation

Anoche fui con Cinthya Cronopio y Flavius Maximus a ver Perdidos en Tokio, la más reciente película de Sophie Coppola, a la que algunos malintencionados han llamado la niña malcriada de Hollywood.

Como sea, la historia narra el encuentro casual entre otra niña malcriada y un actor de hollywood venido a menos que se encuentran prácticamente varados en un hotel de lujo (un Hyatt) en Tokio.

Me da la impresión que la película está dirigida en concreto a aquellos gringos que alguna vez han caido de turistas o por trabajo al Japón. La visión de la directora sobre oriente es en el mejor de los momentos de asombro infantil ("Fui a un templo donde rezaban unos monjes... y no sentí nada") hasta la franca burla ("¿Qué clase de restaurante es uno donde tú tienes que cocinar tu propia comida?", refiriéndose al shabu-shabu, delicia culinaria del Japón).

Mis sentimientos son ambivalentes, pero mi disgusto, si es que lo hay, se fundamenta en que durante toda la película ¡¡no pasa nada!!

Y sin embargo, es una buena cinta que resulta conmovedora en su triste retrato de la condición humana.

Creo que vale la pena verla.


miércoles, enero 28, 2004

El gran silencio

Después de lo que pareció un período de grafomanía bloggera, he guardado silencio durante varios días, sin motivo aparente. La realidad es que las cosas que pasan allá afuera parecen rebasar mi capacidad de comentarlas.

Entre el chofer de AMLO, el embajador Dormimundo, el cínico autodestape de Marta Sahagún, las declaraciones de Ernesto Zedillo jr. y el inminente regreso a la pantalla de una nueva versión del Big Brother VIP, hay muy poco que añadir.

Lo sorprendente para mí es la capacidad de este país para ver tanta ignominia sin apenas sorprendernos. Quizá por ello tenemos los gobernantes que tenemos.

Así que me limitaré a decir que caí en la tentación y estoy leyendo El código Da Vinci de Dan Brown, el best seller de moda. Llevo unas 70 páginas sin que me parezca nada del otro mundo (au contraire!), sin embargo el mismo libro ha sido leído por David, mi socio, y Moni su novia y ambos opinan que es adictivo. Ya les contaré.

Al mismo tiempo estoy leyendo una pieza extraordinaria: un libro de más de 400 minicuentos sobre tatuajes que mi amigo José Luis Zárate me pidio que le comentara. Wow, este cuate está grueso. Es un libro magnífico que merece que alguien lo publique. Llevo 200 cuentos sin que ninguno me parezca malo.

Qué envidia...

Minotauro
Se han anunciado ya a los 5 finalistas del Premio Minotauro, y no soy ninguno de ellos.

Ni modo, a buscarle editor a la novela. Y a odiar al ganador.

jueves, enero 15, 2004

Dígame Licenciado...

Ayer, después de ocho años de ignominia, pasé del montón de profesionistas mexicanos a la reducida élite que está titulada.

No hablaré del proceso, que nada tiene de meritorio y sí mucho de administrativo, ni de las 2 tesis que inicié en estos 8 años desde que acabé la carrera ni cómo varios de mis amigos cercanos iban titulándose mientras yo seguía siendo un ñor.

El caso es que ayer recogí mi título en mi alma mater, la Ibero.

Me fue entregado por una funcionaria universitaria con una cara de güeva absoluta.

—Fíjate que estén bien escritos tu nombre y carrera.

—No lo están...

—¡...!

—...a "Fernández" y "Gráfico" les falta el acento.

No me podía ir sin chingar una última vez.

No fui un buen alumno, pero nadie que me haya dado clase se olvida fácilmente de mí. Un latoso callado, un subversivo teórico, un chingaquedito, pues.

Hace años, el director del departamento de diseño, un tal Tonatiuh Navarro (¿cómo puede alguien llamarse así?) dijo que yo era una persona "muy negativa" y que jamás iba a titularme por la Ibero.

Se equivocó.

Hace tiempo, Rubén Bonet dijo que aquí (en México, él es catalán) todos son licenciados, y que por lo tanto él exigía que se le tratara de "Su Majestad".

Como sea, deberían ver las caras de mis papás cuando les llevé el papel, Virginia soltó la lágrima, Bernardo sonreía de oreja a oreja. La neta, a mí me llenó de gusto.

Así que de ahora en adelante les ruego que se dirijan a mí como Licenciado Bef, por favorcito...

Hap Birth

Feliz cumpleaños a Cinthya Uribe, of Jelly Bats fame, porque hoy es su cumpleaños. Te quiero, Cronopio.

There's a killer on the road...

Un presunto asesino serial (aunque el término correcto en castellano es "asesino múltiple") anda matando ancianas en el D.F. Mi tocayo, Bernardo Bátiz, ha desmentido los rumores de que se trate de un caso de multihomicidio al estilo de los famosos asesinos gringos, pero nunca se sabe.

Por supuesto, no ha de faltar el imbécil que sonría y diga "qué chido, un serial killer en el D.F.".

Deja lo pelado, lo encajoso...

Un piloto gringo de American Airlines fue detenido en Brasil por hacerse el cagadito y pintar dedo a la cámara a la hora de ser fichado por las autoridades migratorias cariocas. Con esa prepotencia que caracteriza a los turistas norteamericanos, al sujeto le pareció muy divertido hacer la seña obscena, pensando que no le iba a pasar nada.

Pero fue arrestado. Su empresa tuvo que pagar una fianza de $12,000.00 dólares y pedir oficialmente disculpas para sacarlo del tambo, en el que hubiera pasado unos dos años. A ver si se le quita lo ocurrente al gringuito.

La verdad es que aplaudo al gobierno brasileño por fajarse los pantalones y mandar fichar a todos los gringos que llegan a su territorio en reciprocidad con el fichaje gringo a sus ciudadanos.

Sin duda, Lula es un presidente que tiene las glándulas donde corresponde, no como en otras naciones del tercer mundo (no digo nombres) donde un presidente mandilón corre a sus diplomáticos por decir que los Estados Unidos tratan a su país como su patio trasero.

martes, enero 13, 2004

Serial Killers

Se presume de la existencia de un asesino m?ltiple en nuestra ciudad, alguien que se ha dedicado a matar ancianos fingi?ndose enfermera.

Justo es aclarar que el t?rmino ingl?s serial killer se debe traducir como asesino m?ltiple, ya que la palabra serial significa "perteneciente a una serie" o "historia contada en cap?tulos en la radio o el cine".

El fen?meno de la compulsi?n por escabecharse al pr?jimo no es exclusiva de los Estados Unidos, si bien en esa sociedad ha encontrado el terreno m?s f?rtil para su p?trida semilla.

No son pocos los multiasesinos que se han convertido en celebridades, como Ted Bundy, John Wayne Gaycey, Richard Ram?rez y Charles Manson (aunque este ?ltimo no mat? a nadie).

No debe faltar el imb?cil que diga "qu? chido, tenemos un asesino serial en M?xico".

Multiasesino, multiasesino, no asesino serial. Hay que aprender a hablar bien el espa?ol si no quieren quedar como el presidente transquilado.

Pregunta tonta

Un h?roe de guerra gringo, alg?n soldado que se haya echado al platito, digamos, quince iraqu?es, ?es un asesino m?ltiple? ?O alg?n piloto de la marina o fuerza a?rea que haya disparado un misil contra alguna poblaci?n civil?

Goyito

No debemos olvidar que antes de que Eg Gein, el carnicero de Wisconsin, se hiciera famoso, ya Goyo C?rdenas hab?a dado de qu? hablar al asesinar a su novia y luego a varias prostitutas para despu?s enterrarlas en su jard?n. Y eso que todav?a no se filmaba ni una pel?cula del doctor Lechter.

Gein, primer famoso multiasesino, era un taxidermista ermita?o que no conforme con disecar a su mamacita, ten?a varios frascos llenos de partes humanas ?incluido un frasco con globos oculares? porque se estaba haciendo un traje de piel humana. ?l fue quien inspir? la novela Psychgo de Robert Bloch, despu?s filmada por Hitchcock.

M?s preguntas...

El responsable moral de miles de muertes... ?es un multiasesino?

?Eso vuelve al presidente de los Estados Unidos...? No, no me hagan caso.

Le?do, visto y o?do

El libro, The Blind Assasin, de Margaret Atwood, novela canadiense ganadora del premio Booker, sobre la vida de una serie de personajes unidos por una novela de ciencia ficci?n escrita por una mujer y su amante.

La pel?cula, Spider, de David Cronemberg. Hablando de loquitos asesinos, es la cinta que hay que ver (y no pierdan su tiempo con El se?or de los anillos).

El CD: el ?ltimo de Ministry. Al Jourgensen y Paul Barker regresan a referendar su t?tulo de "la banda m?s encabronada sobre la Tierra.

lunes, enero 12, 2004

Sabadito

Tras comer en el magnífico restaurant Daikoku de la colonia Cuauhtémoc en compañía de Raquel y Alberto (futura familia Chimal Castro), decidimos ir al cine. Tocó la decisión a Spider, de David Cronemberg, de ser la elegida.

Creo que lo he dicho ya, la comida japonesa es una de mis fascinaciones, por lo cual soy enemigo acérrimo de la cadena Sushi Itto, que viene a ser el equivalente a lo que los Taco Bell son a nuestra tradición culinaria.

Por ello, no pierdo oportunidad de ir al Daikoku, el Mikado o el Nagaoka, todos ellos muy buenos —si bien caros— restaurantes japoneses. He oído decir que el restaurante del club japonés, sito por el rumbo de las Águilas, es muy bueno, aunque nunca he ido. El Fuji y el Suntory son demasiado caros para mí.

Como sea, nada hay como ir al cine en compañía de gente querida. En la semana, el mismo Alberto junto con Cinthya y Flavio (of Jelly Bats fame) fuimos a ver Irreversible, de Gaspar Noé, que me dejó un muy mal sabor de boca. Debo estar haciéndome viejo: tanta violencia y morbidez me hubieran encantado cuando iba en la universidad (mis años punks) pero ahora me inquietó. Justó me preguntaba si habría quien se excitaría con la secuencia de violación del personaje de Monica Belluci.

Pues bueno, Spider me sacó la espinita dejada por la otra movie. No cabe duda, Cronemberg es un maestro y ésta, quizá una de sus obras con ritmo más lento, lo reafirma.

Cualquier cosa que diga sobre la trama la echaría a perder para quien no la haya visto. Simplemente es la historia de un loco que sale del siquiátrico para tratar de reintegrarse a la sociedad. Para hacerlo, reconstruye las vivencias que lo llevaron al manicure, sólo para llegar a un callejón sin salida. Basada en una novela de Patrick McGrath (como dijo Pepe Rojo, nadie puede negar el buen gusto literario de Cronemberg), se trata de una historia tenebrosa, un thriller psicológico que te mantiene con los pelos de punta de principio a fin.

Tras dejar a Rax y Alberto fui al cumpleaños de mi amigo Oswalth. Es con él y el círculo de amigos que le rodea con quienes tengo contacto con gente más lejada de mi ámbito profesional, de esas amistades que ves poco pero quieres mucho. Oswalth fue mi profe en la prepa (era muy joven cuando empezó a dar clases) y siempre tuvimos una buena amistad. He vivido con él cosas muy fuertes que nos han unido, y sin embargo estaba en una de esas fases en las que te separas de los amigos para no acabar odiándolos (pasa y el que diga que no, miente). Y ahí, un camarada muy querido, ya en puntos pedos me dijo:

—¿Viste Irreversible?
—Sí, recién el jueves.
—¿A poco no se te paró en la escena de la violación?

Telón, por favor.

(Hoy, este blog parece el diario de un adolescente. Ustedes me han de disculpar).

viernes, enero 09, 2004

So far, so good

Se fue la primera semana. Sus saldos son:

-) Acuerdo migratorio balín con los gringos.

-) Gorilas del FBI en nuestro aeropuerto. Al rato va a haber soldados.

-) 50 mil burócratas que se van de patitas a la calle.

Vaya comienzo.

Yo, por lo pronto, me voy de fin de semana.

Nos leemos en lunes.

miércoles, enero 07, 2004

Más amigos ausentes

Lo conocí en la calle, en un semáforo.

Se acercó a mi ventanilla con los brazos detrás de su espalda. Llevaba, recuerdo, una impecable cazadora de piel negra y un sombrero Stetson de ala ancha.

Cuando me enganchó en su mirada, un par de ojillos azules que parecían más de niño que del anciano que me observaba, fue como si lo hubiera conocido desde hacía años.

Ya frente a mí reveló su mercancía. Vendía unos dibujos hechos por él con plumón Esterbrook sobre cartulina escolar. De tan espantosos eran sublimes.

"¿No compra un dibujo?", preguntó con voz cascada. "En la galería se lo dan carísimo. Yo, aquí le ofrezco una obra de arte por veinte pesitos."

Era un retrato de Al Pacino que se parecía más a Chaplin.

Se lo compré.

"¿Cómo se llama usted?", pregunté.

"Francisco. Pero no como Pancho Villa. Él era Doroteo."

Como estaba en mi ruta al despacho, lo veía todos los días. No siempre me tocaba el semáforo, pero cada que sucedía, invariablemente me ofrecía una obra de arte.

"Y ahora, ¿qué trae?"

"Una María Félix", y me enseñaba la que parecía más una María Victoria.

Casi siempre le compraba.

La última vez que lo vi estaba experimentando con nuevos materiales. Había hecho unos dibujos sobre foamy con pincel y tinta. Aquella vez no me tocó el rojo.

Hace casi dos meses que no lo veo. Desapareció de su esquina como debieron desaparecer los dinosaurios a fin del cretácico o como se esfumaron los autos de ocho cilindros de nuestras calles. Ahí estaban, medio fuera de lugar, viviendo un tiempo ajeno y un buen día simplemente se desvanecieron.

Lo peor de todo es que regalé todos los dibujos que le compré.

Temo lo peor.


Una más del presindetazo de oro que dios nos dió

"Fuimos por lana al congreso y salimos transquilados": Vicente Fox.

Se dice trasquilados, buey.

¿Qué puede esperar un país con un presidente que ni siquiera habla bien el idioma local?


El horror, el horror...

"No hay peor terrorista que el gobierno norteamericano", dice y dice bien mi amiga Antígona Segura, brillante astrónoma que actualmente realiza su post doctorado en la universidad de Pennsilvanya.

Prueba de ello es la intromisión de agentes gabachos en nuestros aeropuertos así como el hecho de fichar a todos los viajeros que lleguen de países "sospechosos" como si fueran presos.