miércoles, noviembre 12, 2003

Antes que nada, muchas gracias a toda la raza que ha escrito tirando buena onda sobre lo que escribí de Monterrey.

Me permitiré postear una serie de breves, para ponerme un poco al día, tarea imposible con tanto tiempo sin bloguear, pero tampoco imposible.

Matrix
Después de varios días de confusión, puedo decir que la película no me gustó, y que si la anterior me había dejado pensando que estaba a medio camino entre la genialidad y la estulticia, creo que esta última inclina la balanza para mal.

No abundaré en lo que se ha dicho hasta la saciedad. Mi única queja es la siguiente: ¿porqué ir abandonando a los personajes poco a poco, como quien desflora una margarita? ¿Para que el último de ellos cerrara la puerta al salir?

Es imposible no verla. Todos lo harán, pese a las insistentes advertencias de que es un churrazo. Pero por favor, no digan que no se les advirtió.

En cambio, Alien me volvió a sorprender como cuando tenía ocho años. Y sigue dando miedo, con todo y lo chafón que se ve ese traje hoy en día.

IVA a los libros
La propuesta hacendaria del ejecutivo apesta. Te voy a bajar los impuestos pero aumenta el número de productos gravados. Al final, pagamos más. Suben los libros. Las rentas. Las escuelas. Claro, el caviar y los palos de golf bajan un poco.

El problema de los libros es especialmente espinoso. No así para don Pancho Gil. ¿Cuál habrá sido el último libro que leyó este distinguido secretario de estado?

Tiro de gracia al cine mexicano
¿Qué no estaba ya bien muerto?

Leído, visto y oído
La novela El impostor, de Toño Malpica. Historia situada en una ciudad de México posapocalíptica que pone los pelos de punta. Malpica es un muy talentoso narrador al que hay que estar vigilando.

El nuevo CD de Jane's Addiction no tiene madre.

Y vayan a ver Alien en lugar de Matrix.

Más sobre becas para hacer libros de comics, antologías que no le gustan a nadie, escritores que no escriben y políticos indesctructibles... en la próxima entrega de este blog.

miércoles, noviembre 05, 2003

imágenes que me han conmovido...


Un grupo de niños marginados, seguramente vendedores de chicles y malabaristas de semáforo, caminan por la calle de Frontera en la colonia Roma un domingo a las once de la noche. Van riéndose y jugando.