sábado, junio 12, 2004

Así son mis días
En la madrugada del sábado fui invitado a un programa de radio en una estación perdida en el cuadrante con un ex locutor de la legendaria Rock 101 (el Flaco, que hacía las recomendaciones de cine con Jordi Soler). Iba a hablar de comics pero terminamos platicando de Jazz y literatura ante un auditorio que sólo hizo tres llamadas.

Esa misma tarde salí envuelto en la lluvia a una boda a un lugar llamado Polotitlán, a medio camino entre el De Efe y Querétaro. Una parte pequeña de mi familia se reunió para la boda de una prima que yo no conocía (y que nunca me presentaron). Llegué con Virginia, mi mamá, Ana Angélica y el ciudadano Winston Smith.

Ahí estaba el tío Alfredo, hermano de Virginia, con su esposa y una de sus hijas y mis tíos Genaro Y Billy (papá de la novia) con sus muy abundantes familias de más de cinco miembros cada uno.

No puedo evitar esa extraña sensación, que se acentúa en las bodas, de no pertenecer. Si bien la cosa se pone más dura tomando en cuenta que no conocía a nadie. Pero ver a mi jefa feliz de estar con los suyos, con quienes tantos recuerdos comparte, valió la pena, por ñoño que suene.

Pero es curioso ese estraño sentimiento que hace que quieras a tu familia aunque apenas los conozcas. Hay una aceptación incondicional por el simple hecho de saber que compartes con ellos una porción de tu carga genética. Al tío Genaro, que he visto tres o cuatro veces en mi vida me invitó a quedarme en Guadalajara la próxima vez que vaya. El tío Billy, hace años, fue el que me dio mi primera chamba (un logotipo para su constructora).

El domingo por la noche una picadura en la muela que no había descubierto mi dentista me retumbó de dolor toda la noche. Tenía la encía inflamada, por lo que Nacho, mi doctor, me curó la inflamación y me dijo que si había molestias, me tomara un Flanax. Así lo hice hasta que el efecto de la medicina ya no pudo con el dolor. No dormí en toda la noche. El lunes fui aullando a que me curaran. No me duele desde entonces.

Durante la semana revisé las galeras de mi próximo libro. El llanto de los niño muertos será mi segunda compilación de cuentos. Me pareció que se deja leer, pero la última opinión es de los lectores.

Está lista también la antología de comics de ciencia ficción que compilé con la beca del FONCA. Estoy muy orgulloso de ella, y ya quiero que sea lunes para mandarla a imprenta. Ya daré más detalles después.

El viernes fue cumpleaños de Alfredo. Hoy sábado lo festeja tocando en el Bulldog.

En esta misma semana quise ir a ver una película canadiense y no pude entrar, vi llorar a una amiga que quiero mucho y me cayó un aguacero, me sacaron sangre y conocí una mujer hermosa, fui a una tocada de hard core pero no vi al grupo de mi amigo. Me llamó un reciente viejo amor como si no hubiera pasado nada (aunque a mí se me mueve el tapete cabrón: no entiendo porque siendo tan compatibles ella se niega a ser mi cómplice oficial) y platiqué con Chío-san, la tecladista de Austin.

No cabe duda, como dijo Ernie Bushmiller, creador de Periquita, "la vida de un monero es muy emocionante de una manera aburrida y monótona".

Regálame tu libro
Esta frase es una de las que más comúnmente escuchamos quienes escribimos de parte de la gente cercana a nosotros que no tiene relación con el mundo editorial.

"Regálame tu libro" al final es una frase inocua, ¿qué de malo tiene pedirle al amigo o amiga escritor(a) que nos regale un ejemplar?

Pues no, mis amigos. Si de algo depende que un nóvel escritor vuelva alguna vez a publicar un libro es de que venda ejemplares.

Ello no significa que no pueda regalarle ejemplares a sus más allegados: parientes, amigos, compas de la chamba (aunque varios colegas escritores coinciden en que usualmente la familia son los lectores menos indicados para su obra: "Ay, cómo puede escribir estas marranadas Bernardito"). Mis papás, por ejemplo, tienen garantizado un ejemplar de todo lo que publico. A veces hasta les gusta.

Pero por favor, esperen a que el susodicho autor se ofrezca a regalarles su libraco, no se lo pidan porque lo ponen en una situación incómoda: la realidad es que la mayoría de los editores ofrecen pocos libros gratuitos al autor, y en los casos en que pagan con libros, la ganacia del escritor está en la venta de esos ejemplares (de otra manera no recibe un centavo por la chinga de perro bailarín que es escribir un libro en este país).

Ofrezcan comprarlo. En una de ésas el autor les ofrece conseguir un descuentito (normalmente en las presentaciones el libro se consigue más barato).

Además, estoy convencido de que el ver el libro de un cuate (o el propio,¿porqué no?) en la mesa de novedades y comprarlo LE DA BUENA SUERTE.

Así que no sean codos y compren los libros de sus cuates escritores. Son más baratos que un pomo en un tabledance.

Hoy amanecí con ganas de tirar 15 netas

1) Diego Fernández de Cevallos es un ser despreciable.

2) No creo que AMLO sea de fiar. Algo me dice que debajo de esa carita de buena persona se esconde un sujeto ambicioso y sin límites.

3) Big Brother es una serie de TV para oligofrénicos morbosos.

4) Los priístas dan pena.

5) Pero más, quienes votan por ellos (y no están afiliados).

6) López Dóriga tiene voz de briago (ignoro si sea bebedor, pero como dijo San Andrés...)

7) No me parece que el grupo Reforma sea serio (no confío de una empresa que saca un periódico para la gente nice y otro para la broza).

8) Un país donde el comentarista político más agudo es un sujeto vestido de payaso no puede ser un país formal (bueno, se acaba de retirar).

9) Marta Sahagún es un personaje siniestro que si no es detenida a tiempo le va a hacer mucho daño al país.

10) Adela Micha tiene mirada de perturbada mental.

12) El güero Castañeda es un mamón y nomás por eso nadie votará por él.

13) Las telenovelas son entretenimiento barato para el mínimo común denominador, y degradan a sus espectadores insultando su inteligencia.

14) El futbol es el más eficiente instrumento de control de masas con el que cuenta el estado. Como dijo Fernando Vallejo, cuando el mundo se detiene para ver cómo dos docenas de imbéciles persiguen un balón, es porque ya se jodió.

15) Mientras los mexicanos no dejemos de ser ignorantes, deshonestos y perezosos (y nos sintamos orgullosos de ello, a la Adal Ramones), este país no saldrá del lamentable subdesarrollo en que vive. Y no le veo para cuándo.

Grrrrr!


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