Matrix
Como este blog cada vez parece más una columna de política, lo cual no es lo que deseo, hoy me voy a ocupar del tema frívolo de moda en el mundo: Matrix Reloaded.
Sé que habrá miles de opiniones que irán desde los que digan que es una mierda puñetera heredera del cómic, los videojuegos y demás manifestaciones alienantes que no promueven el pensamiento abstracto hasta quienes la calificarán de la mejor cinta de ciencia ficción de todos los tiempos.
Con toda modestia, yo la situaría justo entre ambos extremos. A la mitad exacta.
La cinta, visualmente impecable, regresa a los personajes de la primera entrega, dispuestos ahora a pelear la batalla decisiva contra las máquinas que, como vimos quienes fuimos al cine a echarnos ese bodrio de Dreamcatcher en el corto The Final Flight of Osiris, se preparan a asestar su golpe final contra la humanidad.
No hay duda, la serie creado por los hermanos Andy y Larry Wachovsky —quienes deben ser un par de nerdazos— condensa en su forma más acabada el nuevo canon visual de la ciencia ficción, donde se funden la animación japonesa, los comics, la estética de los videojuegos y rítmica de los video clips con los elementos de las novelas de Philip K. Dick, Neal Stephenson y William Gibson, entre otros, para darnos de vuelta un gran monstruo mediático que va más allá de la experiencia fílmica, integrando una historia paralela en el videojuego Enter the Matrix.
Ya Alberto Chimal ha escrito un estupendo artículo sobre los antecedentes culturales de la historia de Neo, Trinity (mamita), Morpheus et al, por lo que sólo añadiré a lo dicho por él que la historia Matrix me parece heredera directa del Metaverso planteado por Neal Stephenson en su magnífica novela Snowcrash, escrita a inicio de los 90 y que fue la primera en dar un paso más allá de la estética cyberpunk.
Y es que, si un mérito tiene esta película, es dejar por fin los clichés del movimiento cyberpunk (al que, ojo, tengo profundo cariño) para lanzarse a la búsqueda de algo más, de lo que sigue, de the next big thing.
La cinta, un deleite visual desde el primer segundo (y la secuencia de persecución en el freeway se convertirá, créanme, en un clásico instatáneo) cuenta además con un guión impecable que deja varios cabos sueltos que habrán de resolverse en la tercera cinta, Matrix Revolutions.
No, no es la mejor película de CF de todos los tiempos. Hay momentos en que los personajes me parecen un poco acartonados, y el subtexto político de repente me parece cuestionable, pero sin duda se trata de una película magnífica que hay que ver sin falta. Olvídense de Star Wars y Lord Of The Rings, Matrix es la trilogía de cine fantástico más chingona de todos los tiempos. Y disculpen mi francés, pero prefiero usar un mexicanismo a caer en la trampa de lo cool.
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