Algunas breves
Marta Sahagún se descar y declara en el programa de Brozo que es bueno para nuestro país (?) la continuidad del proyecto foxista, razón por la que se está promoviendo para la grande, dedstapándaso desde ahora en, de todos los lugares, el show de Brozo.
Agustín Carstens, subsecretario de Hacienda, declara que México "debe olvidarse del rescate bancario y concentrarse en tener un sistema financiero que pueda ejercer su función y contribuir con el desarrollo de la economía". Olvidar el FOBAPROA. La mayor estafa en la cruenta historia de la corrupción mexicana.
Levanta ámpulas el libro La Jefa, de la periodista argentina Olga Wornat. Insisto, si la mal llamada pareja presidencial hubieran leido más, sabrían del negro historial de la señora Wormat como autora de biografías no autorizadas que alimentan el morbo popular. Ahora, que si el río suena...
Porque, si fueras Marta Shagún , ¿a poco no les prestabas el avión preidencial a tus hijos?
Otra pareja de hombre famoso que ha dado de qué hablar es Marie-José Paz, quien decidió por sus pistolas irse a vivir al inmueble que el estado donó durante la gestión del presidente Zedillo para que alojara a la Fundación Octavio Paz. A la fundación, señora, no a usted.
Lo cual irremediablemente me recuerda lo que dijo mi amiga Norma Lazo, con refinada malicia, cuando murió el laureado poeta: "Lo malo de sentirse inmortal es que de repente uno se muere". Pues sí.
Dato de trivia: el secretario del sindicato único de trabajadores del gobierno del Distrito Federal se llama José Medel y es candidato a diputado por el PRI, lo que, como escribía ayer, explica muchas cosas.
Desde aquí, una protesta indignada ante la violencia incontrolada en Ciudad Juárez, que alcanza ya a los niños. El caso del niño de 9 años que fue secuestrado, torturado y asesinado al estilo de las ejecuciones del narco es monstruoso por donde se le vea, y toma tintes apocalípticos al enterarnos de que el secuestrador era Martín Valenzuela, policía judicial miembro del grupo antisecuestros de la procuraduría del estado.
¿Qué clase de monstruo es capaz de hacerle eso a un niño de nueve años? pues uno con placa de judicial. Ojalá se pudra en la cárcel y el olvido.
Todd Solondz lo hace de nuevo
Storytelling, película del 2001 es la más reciente cinta del realizador de Wellcome to the Doll's House y la muy comentada Happiness.
El director se ha convertido en una especie de cronista de la descomposición social de la norteamérica suburbana, sin caer en el tremendismo de Sam Mendes y su American Beauty, a la que hace una irónica refencia en Storytelling.
Si algo une a sus películas es la visión descarnada y siempre distante del tibio infierno clasemediero que es New Jersey, ciudad emblemática de la mid-class gringa. Solondz toma la misma distancia ante sus personajes que la que un entomólogo ante los insectos que estudia, casi pareciera que los suelta en una caja de vidrio para verlos interactuar.
La película, dividida en dos partes, Fiction y Non fiction, alude al oficio de contar historias, ya sea desde la palabra escrita, partiendo del entendido de que al comenzar a escribir ya no existe la realidad, ya sea desde el documental fílmico.
Las historias, una sobre un taller de narrativa dado por un profesor negro en una universidad de blancos y la otra sobre un actor mediocre metido a documentalista, inevitablemente giran alrededor del gigantesco vacío en que se haya la sociedad posindustrial norteamericana, para la que, nos dice el director, no hay redención posible ni en los valores familiares más conservadores ni en las actitudes liberales.
La cinta es desgarradora como una patada en la entrepierna. Pero hay que agradecer la maestría del director para acomodar las patadas.
Magnífica, de cabo a rabo. Ojalá este sujeto siga filmando.
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