lunes, marzo 31, 2003

Iraq, Iraq, Iraq...

Hemos concentrado nuestra atención en la llamada guerra unilateral. Los ojos del mundos están puestos en la zona del conflicto (al menos, lo que la CNN y el pentágono le permiten ver al mundo). ¿Qué pasa mientras tanto con los eventos locales? El negociador del conflicto de Bernalejo es asesinado en la puerta de su casa, en el centro de Zacatecas, Eduardo Fernández sale libre por falta de pruebas, nace el nieto de Vicente Fox...

¿Habrá quien piense que se puede aprovechar el conflicto para distraer la atención pública de este tipo de asuntos? ¿Existirá tamaño ojete que aproveche la coyuntura para moverse a sus anchas sabiendo que la atención mundial está puesta en medio oriente?

Como quiera que sea, no puedo dejar pasar la oportunidad de echar un poco de veneno sobre Vicentillo.

¿Qué clase de ejemplo da la familia presidencial a las grandes masas (si es que alguien los tiene como role models? En el más puro estilo católico, se anuncia con bombo y platillo la boda del miserable júnior que se casa por embarazar a la novia. Todo antes de usar método alguno de planificación familiar (ya no hablemos de pastillas de segundo día o métodos abortivos). La doble moral a tope.

Me pregunto si los papás de la niña habrán armado un gran drama o se habrán congratulado de emparentar con la primera familia de este maltrecho país. Lo más irónico del asunto es que Vicentillo ni siquiera es hijo del preciso.

Pero para acabarla de joder, el feto presidencial (¿no es delicioso llamarlo así?) es utilizado por la oficina de comunicación de la presidencia como propaganda cuando alguien dice ver que en el ultrasonido el producto (usando un término médico) hace la "V" de la victoria, expropiada por Fox para su campaña.

Qué jodida bienvenida al mundo, Vicentillo III. Guerra, hambre, ruina económica y un abuelo que hay que ver...


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