El ciudadano Winston Smith
Ocho, casi nueve meses han pasado desde que el ciudadano Winston Smith llegara a vivir a casa de mis papás. Quizá algunos recuerden la historia del niño de 6 años que llegó a vivir con mis viejos mientras su mamá pasaba un período de rehabilitación de su adicción a la cocaína.
Ana Angélica, mamá de Winston, ha salido exitosamente de su tratamiento. Hoy es una mujer nuevo, renacida en Cristo... y ha llegado para llevarse a Winston.
Bien, nada es eterno. Es sólo que en este período el niño inyectó de vida la casa de mis papás y me devolvió un poco de lo que es tener 6 años y sorprenderse de todo lo que sucede alrededor.
Cinco momentos inolvidables con el ciudadano Winston Smith
1) Cuando recién llegado a la casa se encerró en el que era mi cuarto (donde dormía) porque no quería que lo vieran llorar por la ausencia de su mamá.
2) Cuando consiguió un rastrillo de juguete para rasurarse junto a mi papá todas las mañanas.
3) La vez que tras ver uno de mis cuadros (uno donde un payaso se saca los ojos) dibujó su propia versión con lápices de colores y me la regaló.
4) Cuando le regalaron su traje del hombre araña y no se lo quitó en tres días.
5) Cuando en la pasada nochebuena resultó ser quien más regalos recibió de toda mi familia. Al momento de darle su enésimo paquete, dijo: "Se pasan".
Disculpen mi tono cursi, pero voy a extrañarlo.
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