viernes, septiembre 02, 2005

How could God allow this tragedy to happen?



No existen las palabras. Los reportes nos dejan atónitos. No son escenas de una película de desastres, no es ninguna ficción post apocalítica. Esta es la realidad.

La ciudad, inundada. Pandillas armadas que pelean por comida y agua. Cadáveres flotando en las aguas. Miles de damnificados amotinados. Policías que renuncian ante el sinsentido de disparar contra los suyos. Millones de dólares en pérdidas y un presidente imbécil que sólo alcanza a apersonarse hasta el tercer día.

Nueva Orleans en mi recuerdo. Las calles del French Quarter bañadas por la bruma del misterio, las grandes casas a las orillas del bayou, la vibra de brujería en cada esquina, y una de las ciudades más pobres de Estados Unidos más allá del distrito turístico.

Las salchichas de cocodrilo, la comida cajun. El Jazz Preservation Hall donde un grupo de músicos voluntarios tocaban ragtime para los turistas. La ciudad de Anne Rice y Rob Zombie. La ciudad que recibió en el exilio a Benito Juárez.

Desaparecida. Como una Sodoma moderna. Ahogada bajo la furia acuática de Katrina.

¿Estará el planeta queriendo sacudirse de su peor plaga? ¿Habrá llegado el momento?

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