martes, junio 30, 2009

Pequeños triunfos.

Voy a hablar de mi Taller de utopías (de nuevo).

"Yo no leo", dijo Linda, una de mis alumnas.

Cuando decidí asignarles al azar un libro de los que componen la bibliografía del curso a cada uno de ellos para que lo leyeran y luego lo sintetizaran en un proyecto de diseño, casi se va de espaldas cuando le tocó leer White Noise de Don DeLillo. Más de trescientas páginas.

A los pocos días había conseguido el libro en inglés.

A la semana estaba picadísima.

A las dos semanas lo terminó de leer y me presentó el empaque de Dylar, la droga ficticia de la que habla De Lillo en la novela, aquella que logra quitar la angustia de morir.

Uno de los encantos de la educación para mí es lograr que los alumnos logren cosas de las que se creían incapaces.

Estoy orgulloso de los resultados. Estoy orgulloso de Linda.

Les dejo la foto, que espero guste a los lectores del gran Don Bolillo que anden por allá afuera.


6 comentarios:

Luis Sopelana dijo...

Muchas felicidades.

Daniel Herrera dijo...

Qué buena idea, mi buen. Te la voy a robar para el próximo semestre con mis alumnitos de Diseño y arquitectura.

Un abrazo

El Pipiripau (ikoon) dijo...

Genial!!! qué buen método!!!

Probablemente ahora le guste leer... recomiéndale más libros ahora que está picada; así ganaremos una nueva lectora!

Saludos...

Santiago dijo...

Ejem. (aclarando la garganta)

Bravo! :D

Huemanzín dijo...

WOOOOOOOOOOOOOWWWWWWWWWWWWWW quiero que seas mi maestro! no mames, GRAN GRAN ejercicio!!

La Vampi dijo...

Me impresiona lo famoso que ya se volvio vecteezy.com, realmente facilita la vida!