No amo mi patria...
El asunto de las cárceles, y la atención que se le está dando, no es para preocuparse poco.
El esfuerzo del ejército mexicano por encarcelar a los grandes capos pierde su impacto en el momento en que estos hombres (ahora apoyados por sus mujeres) dirigen sus negocios desde los reclusorios quesque de alta seguridad, sin que exista impedimento legal para estar en contacto con sus abogados y gente de confianza.
Oí al respecto a un especialista en la radio que decí que si bien antes se temía que México se colombianizara, ahora la preocupación de los colombianos es que su país se mexicanice.
Vale madre.
¿De qué sirve trabajar duro y ser honrado, estudiar y prepararse si en este país mandan los ladrones, los ojetes y los canallas?
Y eso no es todo. El asunto de Enrique Salinas de Gortari parece destapar una cloaca maloliente que además no tiene fondo.
Estos pillos amasan fortunas incalculables y yo no puedo sacar adelante mi microempresa.
Es como para pegarse un tiro, o largarse al Canadá...
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