Te vas porque yo quiero que te vayas
Hace unos días, Eneas, uno de mis room mates, compró un disco llamado Pero sigo siendo el rock, en la que una serie de grupos de rock hacen covers de canciones de of all people José Alfredo Jiménez.
Siempre me ha parecido un poco triste que la música que más se identifica con lo mexicano sean las rolas rancheras de un alcohólico perdido como el tal J.A.
Una vez, una amiga de mi mamá, al vernos a Alfredo y a mí de arete y cabello azul, nos preguntó: "¿A poco ustedes si son muy roqueros? Porque cuando a mis hijos les da el mal de amores, sí ponen sus canciones de José Alfredo..."
Pendeja.
Como sea, cuando escuchábamos el disco, el propio Alfredo señaló lo patético de las letras. "Imagínate, a este sujeto lo deja su mujer y lo que le dice es que se va por que él es el que quiere que se vaya".
Bueno, pues algo similar pasa con la salida de Rosario Robles del Perredé.
Al ser entrevistada por Carmen Aristegui, la ex lideresa dijo que "probablemente" había sido víctima del fuego cruzado entre el Sietecampañas Cárdenas y el Pejelagarto López Obrador.
Como sea, fue la propia Rosario quien prometió llegarle en caso de no llegar al 20% de votos. Es una pena, porque independientemente de todo la mujer me cae muy bien, pero se quedó en el 19%.
El propio Leonel Godoy, sucesor de Robles, ha dicho que ella aún tenía mucho que darle al partido.
Pero es que, si las promesas no las cumplen ni los chicos buenos de la izquierda, ¿quién lo hará?
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