Historias escritas en el viento
Pues bien, posteriores informes niegan la desaparición de Radiactivo 98.5 y en su lugar sitúan a —of all people— Olallo Rubio como su nuevo director. Todo esto, aclaro, en el sector del chisme no confirmado. Lo que parece ser cierto es que Jose Álvarez se ha ido y que Olallo está entre los pocos que no han corrido. ¿Por qué le dedico tiempo a todo esto? Realmente no lo sé.
¿Será por morbo?

Cruda electoral
Escribió Willy Fadanelli que aquel que ha bebido ron con coca-cola conoce el sabor de la derrota. Luis Felipe Bravo Mena y Vicente Fox lo han hecho, pero se niegan a aceptarlo. El mismo presidente que declaró no haber cometido ningún error en tres años de accidentada gestíón debe haber pasado un domingo negro al conocer los resultados de las elecciones.

A rajarse a su tierra
Al igual que con lo de Radiactivo, me veo obligado a desdecirme: el Perredé no alcanzó sino el 17.5% de los votos globales, y ahora resulta que Rosario Robles dice que es el CEN del partido quienes deben decidir si se va o no. Eso, aquí y en China, se llama no tener palabra y en términos más vulgares, carecer de gónadas (aunque de cualquier manera doña Rosario no las tiene). Señora, por favor no mame y cumpla lo que prometió. ¿No es eso de lo que nos hemos quejado durante 70 años? Ponga el ejemplo.

Estocolmo no pierde y cuando pierde, arrebata
Por primera vez coincido políticamente con mi adorado Chema Hipólito: lo único que el triunfo del PRi indica es que el pueblo de México —parte de él— sufre el síndrome de Estocolmo con quienes nos han tenido secuestrados durante 70 años.

No chille, agarre piedras
Los del PAN quieren llorar, quieren llorar porque la culpa de todo —es decir, de su derrota en las urnas— la tienen (dicen ellos) los medios. Quizá, para ser felices, haga falta que sigan la receta de Fox y la extiendan a la tele y la radio (!).

Y con esto, creo, es suficiente. Yo quería hacer un blog lúdico que ha devenido en otra cosa. Por lo visto el PRI es igual al PAN que es igual al PRD. No hay a quien irle y yo, por el día de hoy, me declaro derrotado.