viernes, julio 29, 2011

De vuelta

Fue un viaje largo. Un peregrinaje nerd por el sur de California. El recorrido incluyó la frontera más transitada del planeta, una visita guiada por el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en Pasadena, un día en el llamado lugar más feliz de la Tierra y unas horas en la Comic Con.

Básicamente fue un viaje familiar. Gran parte de él patrocinado por Rebeca. Yo me dejé consentir.

Por ello omito los detalles anecdóticos. Baste decir que compartimos ruta con los Rojo Torres, parte de la familia que sí se escoge. La extendida.

Lo que quiero compartir es el coletazo del viaje. El antepenúltimo día fuimos a la Comic Con de San Diego. Volví, luego de quince años de no visitarla.

Me abrumó descubrir la presencia mínima de los cómics. La preponderancia de franquicias corporativas (léase superhéroes). Torpemente busqué hablar con algún editor buscando una edición en inglés de mi trabajo. Hice un par de contactos, pero los editores van a San Diego básicamente a vender sus cómics, no a comprar los de alguien más.

Un editor vio mi portafolio, que incluye páginas de la novela gráfica que acabo de terminar y de una que tengo en proceso. Me prguntó si me gustaba Yves Chaland. "Desde luego", contesté, "es mi dibujante favorito." "Eres muy talentoso", me dijo, "pero lo que haces no es el tipo de material que publico."

Decidí disfrutar mi día en San Diego. Rebeca, María y yo fuimos a comer al Seaport. Volvimos sólo a saludar a los amigos. Nos encontramos a muchos colegas mexicanos. Fuimos a ver a Peter Kuper, quien era uno de los invitados especiales (y quien me escribió un blurb para Espiral, mi novela gráfica).

Al final quise saludar a Sergio Aragonés. A final de cuentas Espiral, que es un cómic sin diálogos, le debe mucho a su obra.

Fuimos los tres a su stand. Estaban a punto de cerrar el centro de convenciones y correr a todo mundo. Aragonés firmaba autógrafos, seguramente lo hizo durante horas los cuatro días de convención. Me formé en la fila.

Lo saludé tímidamente. "Hola, nos conocimos en la FIL de Guadalajara..."

"Claro, mano, ¿cómo estás?", saludó afectuoso. Platicamos unos minutos. Le dije que si era pertinente, quería regalarle un ejemplar de Espiral, que tan grande deuda tiene con su trabajo.

"Te lo cambio por uno mío", y me firmó un ejemplar de su último cómic. Me pidió que le dedicara el mío. Lo hojeó rápidamente y agregó, con la generosidad que sólo he visto en los grandes:

"Voy a estudiarlo con mucho cuidado."

Nos despedimos. "Ojalá nos veamos en Guadalajara", dije.

Y me fui flotando de ahí.

6 comentarios:

SanTo García dijo...

Que buen sabor de boca dejan esos momentos, me han pasado si acaso dos veces en mi vida, y de verdad los recuerdas y sientas la misma felicidad que te invadía en aquel momento, con este post sucedió lo mismo me hiciste recordar y de nuevo sonreír por lo vivido, saludos y me declaro fan de tu blog

Adrián Medina dijo...

Así son los grandes, como Don Sergio.

Josh! dijo...

Don Aragonés es todo un tipazo. Soy fan de su trabajo y de él como profesional/persona.

Unknown dijo...

La presencia de TV, cine y videojuegos en la Comic Con abruma, sí, pero la verdad es que todavía hay mucho cómic. Sólo hay que saber buscar y tener paciencia. Y ahora con la presencia de TRICKSTER, las oportunidades de pasar un buen rato, disfrutar de buenos cómics y platicar con sus autores aumenta. Quizá es cierto que el tipo de cómics que haces tiene mayor presencia en APE, SPX o MoCCA. Lo bueno es que hay para todos.

Saludos.

Rattenjunge dijo...

Qué chévere ese Sergio Aragonés!

Anónimo dijo...

Que onda BEF, acabo, justo en este momento, de terminar Hielo Negro. Me gustó! Te felicito y celebro que existan nuevos talentos, así tan eclécticos que le entran a la narrativa infantil o a la novela, como tú.

Felicidades nuevamente, seguiré tu blog y espero tu nueva novela.

Chido! hermano.