miércoles, septiembre 27, 2006

Publiqué el siguiente artículo en la revista de la Ibero. Ahora se los comparto, antes de que septiembre expire.

Acerca del inconveniente de ser mexicano
Notas al pie de página de un artículo imposible de escribir.


¿Conoce usted la historia de México? Bien, no hay mucho que saber.
Todo es polvo y sangre.

Alan Moore


¿Qué significa hoy ser mexicano? Quizá antes de responder esto es necesario contestarnos qué es lo mexicano. Busco una respuesta que se vuelve elusiva como pocas, sólo para descubrir que no es empresa que pueda abordar. No en cuatro mil caracteres. Apenas puedo bocetar algunos balbuceos, notas al pie de un ensayo inexistente (en franco plagio a Vila-Matas), parafraseando un título de Cioran. No tengo respuestas. Sólo más preguntas que acaso permitan atisbar algunas certidumbres.

1. Definir lo mexicano es tratar de enjaular en palabras la nada y el todo simultáneamente.

2. Quizá la dificultad de tal empresa resida en la relativa juventud de nuestro país. Apenas doscientos años (recordemos que antes de eso, pasamos por trescientos años de colonia y previo a ello, no existía nuestra nación como tal).

3. Casi me atrevería a parafrasear a Gardner Dozois y decir que lo mexicano no existe, pero hay imitaciones.

4. ?No amo mi patria?, se lamenta José Emilio Pacheco en su poema Alta traición. ?Su fulgor abstracto/ es inasible?, continúa. ¿Cómo amar setenta años de dictadura priísta? ¿Cómo creer en sus instituciones? ¿Cómo enorgullecerse de su mediocre selección nacional de futbol? ¿Cómo amar a nuestros líderes? Y sin embargo, cada uno de nosotros lleva al igual que el maestro Pacheco diez lugares suyos, cierta gente por la que daríamos la vida.

5. Ser mexicano, entre otras cosas, es ser multicultural. Herencia indígena, sangre española, raíces árabes, presencia judía, influencia anglosajona.

6. Definir nuestra nación como una nación mestiza de madre india y padre español es hacer un reduccionismo miope. Ambas raíces se bifurcan como fractales: mexicas, otomíes, yaquis, huicholes, tlaxcaltecas, zapotecas, mixtecos entre muchos otros por un lado y celtas, vascos, moros, andaluces, catalanes entre muchos más por el otro.

7. Recuerdo una canción de los Churumbeles de España escuchada de niño en casa de mis abuelos: ?Manito, manito, manito/ nos tomamos un tequila/ yo te invito/ manito, mano, hermano/ qué lindo debe ser/ ser mexicano?; y tienen razón.

8. México no es un águila devorando una serpiente sobre un nopal, ni es la virgen morena apareciendo sobre el Tepeyac sobre un antiguo santuario prehispánico ni son las coloridas máscaras luchadores ni las películas de Pedro Infante ni mariachis borrachos de tequila cantando a José Alfredo Jiménez hasta el amanecer en la Plaza Garibaldi ni son los imponentes cielos de Gabriel Figueroa ni los cerros de José María Velasco ni los aguerridos murales revolucionarios de Diego Rivera ni los chistes repetidos hasta la náusea del Chavo del ocho ni los albures de carpa ni los dulces tradicionales ni todos los tonos de verdeazul que se pueden ver en el mar Caribe ni los burros pintados de cebras de la avenida Revolución de Tijuana ni los callejones de Guanajuato ni el gusano que flota en la botella de mezcal ni los volkswagen pintados de verde para ser taxis ni los tacos de suadero, longaniza y tripa que chisporrotean en aceite del taquero de la esquina ni las ruinas mayas, oaxaqueñas o mexiquenses?

9. Es la suma de todo lo anterior, y más. Y al mismo tiempo no lo es.

10. Soy producto de una generación de crisis, he padecido, como toda la gente desde principios de los setenta para acá, los estertores mortuorios de una dictadura. He asistido al nacimiento de nuestra incipiente democracia. Participo día a día en la construcción de un país que no pocas veces parece mal cimentado. Pero continúo poniendo ladrillos hacia arriba.

11. En la escuela laica me enseñaron a adorar a Morelos e Hidalgo. En el colgeio católico me dijeron que Juárez era el anticristo y Maximiliano, un güerito bienintencionado. Aprendí que Porfirio Díaz era un dictador para después enterarme que no ha habido otro presidente con mayor afán modernizador. Una historia compleja, mucho más que polvo y sangre, que no acabamos de asimilar.

12. Dice Octavio Paz que el mexicano se avergüenza de su pasado indio y reniega del español. Me gustaría rebatirlo, pero no puedo. Lo que sé es que España es cada vez más lejana en la medida que se integra a Europa. Y que nuestras raíces indias se diluyen cada vez más, ya sea integrándose al mestizaje o desapareciendo, aisladas. ¿Seremos capaces de bailar por nuestra cuenta?, como se preguntaba Café Tacvba.

13. Se imita demasiado, y la salvación está en crear, escribió José Martí. En crear nuestra mexicanidad todos los días. Este vino nuestro no es agrio, sino agridulce, pero afortunadamente, es nuestro.

15 comentarios:

yolanda jimenez dijo...

al fin de cuentas, somos todo y nada a la vez.

Anónimo dijo...

Genio!!!!

Paul Medrano dijo...

Bien dicho BEF; lástima que ese texto no lo puede tanta y tanta gente que, gracias a la asfixiante cultura de la idiotez, cada año creen que con un sombrero de palma y unos tragos de tequila importado, nos devuelven esa mexicanidad tan mentada, pero a la vez inexistente.

AC Uribe dijo...

A la distancia, viviendo en una ciudad donde el souvenir más socorrido por los turistas británicos son los sombreros de charro pintados de colores, tu texto tiene una lectura diferente. La gente aquí, en general, no entiende esa sensación de desconsuelo, de amor desesperanzado que tenemos los mexicanos por nuestra tierra. Fascistas, nos llaman, cuando nos ven emocionarnos frente a una bandera. Patrioteros, quizá nos dirían en México. Pero lo cierto es que aunque estemos lejos, siempre hay una luz que se enciende cuando te hablan de casa. Y al final de todo - creo - lo que es México es la casa. Y esas diez personas por las que uno daría todo, estén donde estén. Besos.

Daniel Herrera dijo...

Mi buen BEF:

Por mi parte cada vez me siento más decepcionado de este país. Nada me emociona ni la banderita ni el himno nacional (tan feo y, por cierto, vendido los derechos a una empresa gringa).
No puedo hablar de patria, porque por encima de ella han pasado todos la clase política mexicana. En todo caso puedo hablar de aquello que nos resulta conocido, esos lugares que se extrañan y se recuerdan con cariño. Ninguno de ellos representa México pero todos son parte.
Finalmente, por sobre todo, prefiero a las personas, para mí significa más un amigo que un pedazo de tierra.

Un abrazo, cabrón. ¿Pá cuando vienes a estas secas y polvorientas tierras?

Ruga dijo...

:(

* DJ ZE PEQUENHO * dijo...

un salvadoreño hace la relación:

México - Tequila
México - Tortas
México - Tacos
México - Hijos E la gran puta q se quieren burlar cada vez q la selección nacional viene a jugar contra el salvdor.

con fotos se podría percibir, pero a la vez le faltaría abarcar, creo q solo viviendo se puede entender que es, pero cada quien vive de manera distinta entonces valió madres esa opción ja.

me quedo con las personas. salu2

Anónimo dijo...

Qué budista está eso de que México es todo... yo creo que México -o los mexicanos- son creatividad; porque, como bien dijo alguien en uno de los comentarios anteriores, somos glotones, nos comemos cachitos del mundo y luego los regurguitamos con nuestras ácidas aportaciones. Le devolvemos al mundo algo nuevo de aquello que él nos dio en un principio; un eco de un principio pero digerido y forrado de unicidad. ¿Un ejemplo? Los tacos al pastor: un bocadito de Kebab regurguitado en la forma de taco con su piña, cebolla y cilantro... un eco del levante con un forro de todo lo demás. A veces me parece que somos medio lucidos, como que queremos enseñar todo lo que conocemos y por eso le agregamos las novedades a otras novedades más. Si descubrimos algo vamos y se lo ponemos a todo ¿y luego porqué dicen que somos barrocos?
En fin, veo grandes potenciales de que me debraye con este post así que mejor aquí la dejo.
¡Saludos BEF!
Lucia

Bef dijo...

Yola: O todo lo contrario ;) Saludos.

Olga: Gracias, pero no es para tanto. (Ya me sonrojé).

Paul: Y no sabes cómo odio esa mexicanidad de pacotilla, tanto que asumo la nacionalidad croata el 15 de septiembre.

Cin: Muchas gracias. Nos veremos pronto allá, en la lejanía.

Daniel: Espero andar por Torreón a fines de noviembre, yo te aviso. Gracias por la visita.

yomero: :D

Ze pequenho: Creo que los mexicanos hemos cometido el error de ser serviles con los gringos y arrogantes con el resto de Latinoamérica, con quienes finalmente somos tan cercanos. Un saludo.

Bob: La preocupación es más como ciudadano que como escritor, pero te agradezco que lo pongas de ese modo. Un beso.

Lucía: Creo que Edgar Clément está haciendo un análisis mucho más profundo e interesante sobre la mexicanidad de lo que yo puedo hacer. Te invito (a todos) a leerlo. Gracias por comentar, saludos.

Alita dijo...

En el último día de septiembre. Anteriormente ya habías mencionado a Édgar y ya había podido leer todos los capítulos de la lucha de castas.
Ayer me entregaron la carta de pasante de la maestria en informatica administrativa.
Y hoy me encuentro otra vez en ese punto de camino q es México. Buscar mis raices, o seguir la globalización.
Yo creo q ese es el dilema de todos los mexicanos. Quien quiera q seamos.

nachonuriayceci dijo...

Ver al toro desde la barrera...
Hay que alejarse de las cosas para verlas de cerca. Yo entendí que es ser mexicano(a) cuando lo vi de lejos, ahora que ya no vivo ahi.
Es todo y nada como dicen varios aqui, son mis raices y mi manera de ver, sentir y persivir las cosas desde acá, la forma de comportarme, lo que amo y lo que odio de mi. Pero en fin... la perspectiva definitivamente ayuda.

mike dijo...

No se...solo me viene a la mente un poema de Gerardo Enciso que en uno de sus versos dice: Amo a mi país...pero mi país no me ama.

mike

Edgar Clement dijo...

No he posteado mucho en el blog, Bef.
De hecho he estado comentando el tema con algunos gurús personales y creo que debo redefinir algunas ideas. Por otro lado... en cuanto a la "mexicanidad"...

Toda identidad es una invención: la mexicanidad, la hispanidad, la americanidad: todas son invenciones, y tienen el fin práctico de unificar a los miembros de un grupo humano para sincronizar sus comportamientos. A esta sincronización se debe que los pueblos avancen en una línea civilizatoria.

Es obvio que México, es decir, nuestro grupo social, está pasando por una crisis de identidad, y no está mal la mexicanidad, lo que sucede es que no hay proyecto de civilización por dónde transite. No tenemos objetivo como "pueblo" o "nación", y en ese talante, la identidad es inútil pues no hay para qué unificar a la gente. Ahora estamos entrando a una necesidad de unidad, pero no como una estrategia de avance, sino de defensa, y aún más dramático: de autodefensa.

Los "proyectos de nación" que tenemos, tanto los de derechas como de izquierdas y centros, son excluyentes en la práctica, no se puede reconstruir la "mexicanidad" a través de hacer apartheid de "mexicanos nacos" y "mexicanos VIP"... o tal vez sí: retableciendo la vieja sociedad de catsas.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

¿Dónde chingaos dijo eso Alan Moore?

diariodeunrockero dijo...

Ranita:

Tu texto me ha llevado hasta las lágrimas.
Sublime te diría, pero suena muy mamador...

Te admiro y te adoro.

Tu hermanito, el menor.