sábado, mayo 27, 2006

Sobre el oficio de ilustrador...

Mi amiga Rox me pidió que le escribiera un pequeño texto sobre mi trabajo de ilustrador para una clase en la Escuela Nacional de Artes Plásticas. Tenía que exponer la obra de algún ilustrador activo y tuve el honor de que me escogiera. Según me dice, sacó 10 y ello me da doble gusto. A continuación, el textito, dirigido a jóvenes diseñadores gráficos a punto de graduarse de la carrera:


Nunca me ha quedado muy claro por qué empecé a dibujar. Moebius dice que todos los niños, cuando son pequeños, dibujan igual. Que son los que siguen haciéndolo los que se vuelven buenos en ello. En mi caso, al menos me queda cierto algo: fueron la televisión y los cómics lo que me animó a no soltar el lápiz.

Estoy convencido de que el nuestro es el oficio más antiguo del mundo y no el de las prostitutas, Y ahí están las pinturas rupestres para demostrarlo.

Publiqué mi primera caricatura en El Universal, en un suplemento llamado ?Universo Joven? dedicado a los universitarios, en 1990. Ello debe sonarles a ustedes prehistórico.

Desde entonces he publicado cómics, caricatura e ilustración en decenas de publicaciones, de manera continua y siempre cobrando por ello (no siempre bien y más de una vez me han transado, pero eso es otra historia).

Si algo me dejó mi paso por la carrera de diseño fue la vocación autodidacta. Como se habrán dado cuenta, la gente que dibuja es muy escasa, la gente que lo hace bien lo es aún más y la que además puede enseñarlo es como oro molido.

Tuve un solo maestro con esa capacidad en toda mi carrera, el pintor cubano Carlos García de la Nuez, quien tenía tanto entusiasmo que lograba que sus alumnos nos enamoráramos de lo que hacíamos, que quisiéramos hacerlo bien.

Salí al mundo profesional con la fea sensación de haber hecho a mis papás pagar una carrera en la Ibero para que yo no supiera nada. Y tuve que hacerme en el mundo profesional.

Siempre vinculado al mundo editorial, como director de arte o ilustrador, he visto desfilar montón de tendencias, modas y tecnologías que fueron todas en algún momento novedosas. Sin embargo, un buen dibujo lo será siempre, hecho en carboncillo o en con tableca Wacon en la última versión del programa Painter.

Por razones ajenas a este texto siempre he tenido una fascinación por lo viejo, por aquello de aspecto antiguo. La imagen de las décadas del 40 y 50 me vuelven loco. Quizá por ello Blade Runner, con su vocación de película de detectives del Hollywood clásico sea mi película favorita. Esa ha sido la razón de que nunca, al menos desde que soy conciente de ello, haya buscado un estilo ultramoderno vanguardista de cutting edge, sino que haya preferido darle un toque retro. La innovación a partir de lo antiguo, pura vocación posmoderna.

Miembro de la generación que sirvió de conejillo de indias a la digitalización de la vida cotidiana, me tocó vivir la transición del oficio de ilustrador, desde los tiempos en que se entregaban originales en acrílico o gouache hasta la actualidad, en que se sube un archivo digital a un servidor de internet para que tu cliente lo baje desde su computadora.

No me gusta mucho hablar de mi propio trabajo, pero ya que estamos en ello me gustaría compartirles algunos de los artistas que me han influeniado (es decir, aquellos a los que en un momento u otro me he fusilado cínicamente; a algunos de ellos los pude integrar en mi estilo). Es una lista muy larga:

Yves Chaland, Abel Quezada, Miguel Covarrubias, Seth, Posada, Robert Crumb, Tim Burton, Saul Steinberg, Marc Hempel, Lane Smith, Manuel Monroy, XNO, Tim Biskup, Gary Baseman, Jordi Labanda, Mort Walker, Germán Butze, Enki Bilal, Jano, Rius, Shag, El Chango García Cabral, Helio Flores, John Kricfalusi, Daniel Torres, Charles Burns, Gary Panter, Santiago Cohen, Chester Brown, Scott Shaw!, Sergio Aragonés, Al Jaffee, César Evangelista, Santiago Cohen, Federico Jordán, Francisco Ibáñez, Elzie Segar, Ernie Bushmiller, art spiegelman, Will Eisner, KAZ, Quino, Brad Holland, Gahan Wilson, Glenn Barr, Fabián Ugalde y muchísimos más.

En estos dieciséis años (y contando) he llegado a dos o tres conclusiones que hoy, como una oferta especial y por tratarse de ustedes, les voy a compartir:

La primera de ellas es que ser bueno no es suficiente. Cuando empecé había montón de gente talentosísima queriendo dedicarse a lo mismo. Muchos eran infinitamente mejores que yo. Pero ésta es una carrera de fondo. Y llegan los más disciplinados y los más persistentes.

La segunda es que deben desconfiar de los maestros de ilustración que nunca han ilustrado nada.

Tercera, la computadora es un lapizote. Hace los procesos más rápidos, pero sólo le puedes sacar en la medida que le metas. No es una caja mágica.

Cuarto. Nada más chafa que la gente que cree que con software de 3D tipo Poser y efectos baratos de Photoshop ya son ilustradores. Hay que aprender a dibujar, amiguitos.

Y quinto, ésta es una carrera de selección natural, sólo sobreviven los más aptos. Los demás, se dedican a programar páginas web y hacer preprensa.

Muchas gracias.


Pues eso.

Por otro lado, la Gira Machacado con Huevo 2006 llega a su fin. Pasaré el fin de semana en Saltillo (escribo esto desde mi habitación del Holliday Inn, viva el Wi Fi). Un reporte completo al volver.

Saludos...

2 comentarios:

Norismo dijo...

Sobre el oficio de ilustrador, muy buen comentario pero nos quedamos con las ganas de ver tus ilustraciones

Anónimo dijo...

Señor, apenas comencé a ver su blog, y elegí al azar este post para iniciar la lectura. Me movió el tapetote, por que a veces me da mucho miedo pensar en el futuro, y si algun día podré realizar mis sueños y metas como ilustradora. Por mientras, tomaré mucho en cuenta sus consejos/conclusiones del texto.
Muchas gracias por publicarlo aqui.