Obligada rectificación
Don Ricardo García El Chintololo llegó a Monorama buscando notas sobre la muerte de don Gabriel Vargas, comentada en este su blog de confianza.
Mis opiniones, que reconozco viscerales y apresuradas, provocaron un intenso intercambio de mails entre él y yo, arrojando para mí nueva luz sobre la famosa familia del Callejón del Cuajo.
No ha cambiado mi opinión sobre la obra de Gabriel Vargas, pero me comprometo a revisarla con atención, bajo los argumentos que me ha dado Ricardo, aprovechando las reediciones de Porrúa.
De modo que hago una aclaración tardía: lo vertido en esta bitácora son mis opiniones, obligadamente subjetivas, en este caso sobre la obra de un colega consagrado. No hay envidia en ellas, llanamente no me gusta la Familia Burrón. Y pido una disculpa si alguien más encontró ofensivas mis opiniones.
Vaya un agradecimiento al Chintololo por tomarse el tiempo de escribirme y establecer un diálogo que si bien fue acalorado también resultó muy nutriente.
1 comentario:
Estimado Bernardo.
Reconozco la calidad de ser humano, uno que es capaz de abrirse al debate y de aceptar nuevas ideas. Me disculpo publicamente por mi visceralidad en mis comentarios y en crearme prejuicios infundados sobre tu persona, una actitud intolerante de mi parte.
El Diálogo contigo fue de primer nivel e impresionante, lo cual, me genera grandes espectativas sobre la obra, de un creador orgullosamente mexicano, que espero, tenga el lugar que merece en los múltiples ámbitos en los que se desarrolla (historietista, dibujante, escritor).
Fue un privilegio entablar una comunicación contigo y felicidades por la publicación de Drakenogen, sigue cosechando triunfos y mantén esa mente inquieta abierta a nuevas ideas.
Ricardo García Chintololo
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