
Monorama en Milenio
Supe que quería ser dibujante desde el primer momento en que tuve conciencia.
No pintor. No arquitecto. Dibujante de cómics.
Viniendo de una familia de periodistas, tuve la suerte de que tanto mi abuelo y tocayo, que siempre firmó como Macharnudo y fue cronista taurino por más de 50 años y mi tía Bertha me llevaran a conocer a varios caricaturistas cuando era niño.
Quedé fascinado con Helio Flores. De todos ellos fue el más generoso. Paciente me recibió en su estudio y platicó horas conmigo, un escuincle de 12 años.
Pero... no, el cartón político no era lo mío. Parafraseando a mi amigo José Luis Zárate, no soy monero político y tengo cartones para demostrarlo.
Lo mío eran los cómics. Son amantes crueles pero les he sido fiel los últimos 22 años.
El punto intermedio era en todo caso hacer una tira cómica, pero siempre fue difícil encontrar espacios para algo de humor blanco o no coyuntural en los diarios.
La primera oportunidad de hacerlo vino de manos de Rulo David y la gente del periódico Frente, de distribución gratuita en la ciudad de México donde desde 2011 comencé a publicar quincenalmente mi tira, con el obvio título de Monorama.
El ciclo de Frente se terminó y ahora empiezo a publicar mi tira en el periódico Milenio, donde aparecerá quincenalmente a partir de hoy.
Estoy muy feliz. A mis 39 añitos son el chamaco debutante en el diario. Me tomó tiempo pero logré concretar un sueño de toda la vida: tener una tira cómica en un periódico.
Quiero pensar que mi abuelo Macharnudo estaría orgulloso.