jueves, marzo 17, 2011


Feliz cumpleaños, nena querida.

No sé dónde estaría en este momento si no hubiera conocido a Mafalda.

Seguramente sería ingeniero.

Fue mi tía Martha, hermana de mi mamá y a quien considero mi segunda madre la que me puso en las manos mi primer cómic de Mafalda (curiosamente fue Bertha, hermana de mi papá la que me regaló mi primer Astérix, pero esa es otra historia).

Creo que hojeaba los libros de Mafalda aún antes de saber leer. Puedo decir que junto con los cómics de Rius y la revista Mad moldearon mi visión del mundo.

Debe haber sido la lectura de una historieta de Mafalda lo que me hizo decidir conciente e inconcientemente que lo que quería en la vida era dibujar cómics. Treinta años después lo he logrado.

¿Cuál es el encanto de esta niña cabezona, fanática de los Beatles, opositora de la guerra de Vietnam y enemiga de la sopa? ¿Por qué se sigue leyendo casi cincuenta años después?

Entre otras cosas porque todas las personalidades básicas del ser humano están contenidos entre los personajes de Mafalda. Personalmente siempre me he identificado con Felipe (nomás que a mí sí me gusta Batman).

Creo que al menos hay tanta sabiduría en una tira de Mafalda como en un aforismo de Cioran.

Hace un par de días se celebro el cumpleaños 49 de la más universal de las argentinas (no, lo siento, no es Mercedes Sosa ni Nacha Guevara). En ese momento quise escribir algo al respecto para hablar de la importancia de la creación de Quino en el imaginario colectivo latinoamericano.

No se me ocurrió nada. Quise contar de la vez que desayuné en un hotel al lado de este genial comiquero sin enterarme. Me le hubiera hincado ahí mismo. Pensé en hablar de las veces infinitas en que me descubrí haciendo felipadas. O de la ilusión que me hace el momento en que María me haga su primera pregunta mafaldesca.

Todo ello me parece vacío. Prefiero decir todo lo que siento por Mafalda y sus amigos con una sola palabra:

¡Gracias!

4 comentarios:

Le PeTit bijOu dijo...

Un placer leerte y conocer tu percepción sobre la pequeña Mafalda que leí y disfrute por recomendación tuya. :D Rubí

Gunds dijo...

Hace un par de años, por ser día del padre, me regalaron un par de libros de Quino "dejenme inventer" y "Si, querida". Mi pequeño (en ese momento de 4 años) quedó prendado de los libros de inmediato, al grado que hoy viven en el librero de su cuarto (como los asterixes, pero eso es otra historia). Son libros ideales para niños que aun no leen, ya que la mayoría de los chistes son visuales y el estilo de Quino es chistoso por si mismo. Mafalda le gusta pero requieren saber leer un pco más, o algún bagaje cultural que aun está fuera de su alcance, por ejemplo el chiste de "burocraciaaaa.... su lechuguita" le hace reir, porque le parece chistoso que alguien tenga una tortuga como mascota, pero no entiende por que el nombre de la tortuga hacen el chiste rematadamente divertido. Saludos desde Ecuador.

Bef dijo...

Muchas gracias, Rubí. COmo puedes ver, todos tenemos mucho de Mafalda.

Gunds, qué maravilla tener un papá comiquero. Un abrazo hasta allá.

M-ViOL dijo...

"Creo que al menos hay tanta sabiduría en una tira de Mafalda como en un aforismo de Cioran" - Excelente frase.
Un saludo..