dos comerciales dos
Hoy, viernes 29 de julio estaré en el programa de Ángel Dehesa, en el 102.5 de la FM a las 10:30 de la noche y hasta las 12.
Además, el próximo 2 de agosto, martes, Eduardo Monteverde, Andrés Acosta y yo tendremos una plática sobre género negro en la Bodeguita del Medio (Cozumel 37, col. Roma) a las 19:00 horas. La entrada es libre y están todos invitados.
viernes, julio 29, 2005
sábado, julio 23, 2005
Otro comercial de Bef, el vendido: este domingo, en el Reforma...
En un gesto editorial inusitado, el periódico Reforma invitó a un grupo de moneros (que incluye a Jimena Padilla, Pachiclón y yo) a un especial sobre historieta para su suplemento cultural El Angel.
En un experimento que me parece interesante, en lugar de artículos habrá cómics.
En mi caso, junto con Pepe Rojo hicimos un cómic sobre la historieta nacional, sus autores, su situación. Era imposible cubrir exhaustivamente todo lo que queríamos en apenas plana y media de periódico, pero estamos contentos con lo que hicimos.
Los invito a leerlo. Ojalá les guste.
En un gesto editorial inusitado, el periódico Reforma invitó a un grupo de moneros (que incluye a Jimena Padilla, Pachiclón y yo) a un especial sobre historieta para su suplemento cultural El Angel.
En un experimento que me parece interesante, en lugar de artículos habrá cómics.
En mi caso, junto con Pepe Rojo hicimos un cómic sobre la historieta nacional, sus autores, su situación. Era imposible cubrir exhaustivamente todo lo que queríamos en apenas plana y media de periódico, pero estamos contentos con lo que hicimos.
Los invito a leerlo. Ojalá les guste.
viernes, julio 22, 2005
Queremos tanto a Alan (2)
Atención: cuando lo acabé de escribir, me di cuenta de que este era un post MUY clavado en el mundo de los cómics. Vaya este aviso a modo de advertencia...
Generoso como siempre, mi amigo Pepe Rojo me prestó el libro Alan Moore: Portrait Of An Extraordinary Gentleman.
Tan peculiar volumen es la compilación de una serie de textos e ilustraciones hechos por gran número de moneros --básicamente europeos-- en homenaje a Moore, con motivo de su cumpleaños 50, publicado en el 2003.
Destacan entre los textos una biografía en forma de cómic del famoso guionista --en donde me enteré de montón de detalles extraños de su vida-- y una carta abierta, escrita por el dibujante Steve Bissette. El resto del libro es casi prescindible (puras loas a lo grandioso que es Alan, pero vamos, de tanto decirlo da flojera).
Como sea, es precisamente la carta de Bissette la que me ocupa ahora. Quienes estén familiarizados con el mundillo del cómic lo ubicarán como uno de los grandes dibujantes de cómics de horror de los 80, quien al lado de su amigo John Tottleben ilustraron los casi 60 números que escribió Alan Moore para la serie Swamp THing de la DC cómics.
Fue precisamente Swamp Thing o La Cosa del pantano el título que originó en los ochenta el subsello Vertigo de cómics para adultos. Como escribí en el post anterior, fueron Moore, Bissette y Tottleben los creadores de John Constantine, el Hellblazer, personaje llevado recientemente a la pantalla e interpretado por Keanu Reeves.
Pero me estoy desviando.
Como decía, casi todas los textos e imágenes del libro nos hablan de lo grandioso que es Alan, lo creativo que es y lo importante que ha sido su obra en el mundo de los cómics. El único que difiere, la voz disonante en este coro que canta Happy Birthday es Bissette.
El dibujante escribe lo que me parece una conmovedora carta de amor entre colaboradores. Quienes hayan tenido un socio creativa, al estilo de Goscinny y Uderzo, Oesterheld y Breccia, Muñoz y Sampayo o similares entenderán a qué me refiero. Se desarrolla una suerte de relación de pareja intensa pero asexual.
Por ello, el texto de Bissette es, como bien me decía Pepe, una carta de amor a Alan, a quien Steve no ha visto desde hace años, cuando tuvieron su ruptura.
Los hechos:
Bissette y sus amigos John Tottleben y Rick Veitch fueron parte de la primera generación de la escuela de moneros del legendario Joe Kubert, graduados en 1978.
Eran en aquel tiempo jóvenes impetuosos, tan amantes de los cómics como de la contracultura. Stephen Bissette señala como gran influencia el trabajo de los artistas underground de los 60. Con ellos compartía la fascinación morbosa por los EC Comics. famosas historietas de horror que incluían títulos como Tales from the Crypt, editados por William Gaines en los 50 (también editor de MAD).
Desde luego, estos camaradas querían hacer algo diferente con su trabajo, no se sentían contentos con la sosa escena de cómics de superhéroes de la época. Por ello, eran cazadores de material europeo. Así es como dieron con la revista inglesa Warrior, donde Alan Moore publicaba por episodios laas series de Miracleman y V for Vendetta, ambas piezas fundamentales de la revolución de la historieta en los 80.
"Wow", pensaban este par de gringuitos, "imagínate trabajar con este cuate."
Ambos habían pedido chamba en DC Comics, concretamente para hacer Swamp Thing, personaje de historias de terror que habían creado Lein Wein y Berni Wrightson a inicios de los 70. No sólo se las dieron (no sin batallar un poco) sino que además al poco tiempo el editor les iunformó que el nuevo guionista de la serie sería precisamente Alan.
Alguna vez Stephen King dijo que el Dark Knight de Fran Miller es la pieza más fina de arte cómic jamás disponible para las grandes masa. Yo me permito diferir del maestro: estoy convencido de que ese honor le corresponde a los cómics mensuales de Swamp Thing hechos por este equipo, vendidos a 75 centavos de dólar durante mediados de los 80.
Siempre he sentido que el horror es el patito feo de los subgéneros, por la dificultad de renovarse. Sin embargo, la labor de estos sujetos inyectó, hum, sangre fresca al género, sobre todo en un medio tan reacio a los cambios como el cómic. Mes a mes, Swamp Thing se enfrentaba a situaciones tan extrañas como inquietantes, en los que habría de convertirse en un tour de force a los más profundos miedos de la Norteamérica de los 80. Nada mal para un inglés que jamás había pisado Estados Unidos.
Afortundamante todas esas historias, publicadas originalmente en papel corriente ("papier merdique". lo llamó Moebius) están recopiladas en 6 tomos editados por Vertigo.
Bissette recuerda esta época con la nostalgia con que se ve el esplendor: "Era el principio de algo sin precendentes para nosotros y, como resultó ser, para los cómics como una comunidad. un medio y una industria", escribe el dibujante.
Ellos terminarían su etapa en Swamp Thing y se moverían a otros proyectos.
Sería larguísimo y estéril intentar resumir el texto de Bissette. Baste resaltar dos cosas. Dice que el gran talento de Alan Moore es el poder interactuar creativamente con su dibujante en turno, involucrándose en su estilo narrativo e intereses creativos, de ahí el éxito de piezas como Watchmen y From Hell. Incluso cuando trabajó con Jim Lee para escribir unos guiones de Wildcats.
Desgraciadamente las cosas no estaban destinadas a salir muy bien. Bissette fundó una editorial, Spiderbaby Graphix, que habría de publicar una antología de terror llamada Taboo, que incluía entre otras las series From Hell en su primera edición y Lost Girls, ambas escritas por Moore. La antología fue un éxito entre los críticos especializados (si es que tal cosa existe en los cómics) pero un fracaso de ventas.
"Mi relación con Alan se fue detriorando en la medida que era más de negocios que creativa", recuerda Bissette con tristeza. Taboo terminó naufragando. En un intento por salvar a la editorial, Bissette planeaba publicar el guión entero de Alan (aún no se había terminado de dibujar la serie) en coedición con otra editorial. Desgraciadamente Alan y Eddie Campbell, el dibujante, ya habían vendido los derechos de la película. Las cosas se pusieron tensas. Hubio abogados de por medio.
Lo anterior aunado al hecho de que Alan, tras colaborar con Jim Lee inició una serie llamada 1963, en la que hacía una recreación nostálgica de los superhéroes de la Marvel de aquella época. A ella invitó al propio Bissette, Rick Veitch y John Tottleben. Era una chamba bien pagada y todos estaban muy contentos... hasta que Alan la suspendió sin mayor explicación.
La relación comenzó a desmoronarse.
La gota que derramó el vaso fue una entrevista dada por Bissette al Comics Journal, revista especializada en el medio, una de las más serias, en la que daba su versión tanto del incidente con el libro de los guiones de From Hell como de 1963. Habiendo tanta gente implicada, Bissette pidió al editor mandar la entrevista a sus amigos mencionados, entre otros Alan Moore, para que la revisaran.
No recibió ni una palabra de Alan, pero al poco tiempo, Neil Gaiman le llamó. Acababa de regresar de Inglaterra donde había visto a Moore, que estaba furioso por la entrevista.
Bissette le llamó, sólo para recibir una frase cortante como navaja: "Bien, Steve, seré breve. No me vuelvas a llamar, no me vuelvas a escribir. En lo que a mí concierne, se acabó. Adiós." Y colgó. Sin derecho de réplica.
Al poco tiempo, Steve Bissette se divorció. Poco después se retiró de los cómics.
Ahora sólo se aproxima al trabajo de Alan Moore como lector. El maldito inglés jamás le volvió a dirigir la palabra.
Debo confesarlo, el texto de Bissette me conmovió profundamente, no sólo por la crónica de lo que considero una de las mejores colaboraciones que ha habido en los cómics gringos, sino por la honestidad con la que habla de su relación con Moore, relación de amor-odio que con toda objetividad desnuda a Alan para bajarlo del pedestal en que lo colocan todos los demás colaboradores del libro.
En fin. Perdonen la clavadez, pero quería sacar esto de mi sistema.
Un poco (prometo ser más breve) sobre Alan Moore en un post futuro.
Atención: cuando lo acabé de escribir, me di cuenta de que este era un post MUY clavado en el mundo de los cómics. Vaya este aviso a modo de advertencia...
Generoso como siempre, mi amigo Pepe Rojo me prestó el libro Alan Moore: Portrait Of An Extraordinary Gentleman.
Tan peculiar volumen es la compilación de una serie de textos e ilustraciones hechos por gran número de moneros --básicamente europeos-- en homenaje a Moore, con motivo de su cumpleaños 50, publicado en el 2003.
Destacan entre los textos una biografía en forma de cómic del famoso guionista --en donde me enteré de montón de detalles extraños de su vida-- y una carta abierta, escrita por el dibujante Steve Bissette. El resto del libro es casi prescindible (puras loas a lo grandioso que es Alan, pero vamos, de tanto decirlo da flojera).
Como sea, es precisamente la carta de Bissette la que me ocupa ahora. Quienes estén familiarizados con el mundillo del cómic lo ubicarán como uno de los grandes dibujantes de cómics de horror de los 80, quien al lado de su amigo John Tottleben ilustraron los casi 60 números que escribió Alan Moore para la serie Swamp THing de la DC cómics.
Fue precisamente Swamp Thing o La Cosa del pantano el título que originó en los ochenta el subsello Vertigo de cómics para adultos. Como escribí en el post anterior, fueron Moore, Bissette y Tottleben los creadores de John Constantine, el Hellblazer, personaje llevado recientemente a la pantalla e interpretado por Keanu Reeves.
Pero me estoy desviando.
Como decía, casi todas los textos e imágenes del libro nos hablan de lo grandioso que es Alan, lo creativo que es y lo importante que ha sido su obra en el mundo de los cómics. El único que difiere, la voz disonante en este coro que canta Happy Birthday es Bissette.
El dibujante escribe lo que me parece una conmovedora carta de amor entre colaboradores. Quienes hayan tenido un socio creativa, al estilo de Goscinny y Uderzo, Oesterheld y Breccia, Muñoz y Sampayo o similares entenderán a qué me refiero. Se desarrolla una suerte de relación de pareja intensa pero asexual.
Por ello, el texto de Bissette es, como bien me decía Pepe, una carta de amor a Alan, a quien Steve no ha visto desde hace años, cuando tuvieron su ruptura.
Los hechos:
Bissette y sus amigos John Tottleben y Rick Veitch fueron parte de la primera generación de la escuela de moneros del legendario Joe Kubert, graduados en 1978.
Eran en aquel tiempo jóvenes impetuosos, tan amantes de los cómics como de la contracultura. Stephen Bissette señala como gran influencia el trabajo de los artistas underground de los 60. Con ellos compartía la fascinación morbosa por los EC Comics. famosas historietas de horror que incluían títulos como Tales from the Crypt, editados por William Gaines en los 50 (también editor de MAD).
Desde luego, estos camaradas querían hacer algo diferente con su trabajo, no se sentían contentos con la sosa escena de cómics de superhéroes de la época. Por ello, eran cazadores de material europeo. Así es como dieron con la revista inglesa Warrior, donde Alan Moore publicaba por episodios laas series de Miracleman y V for Vendetta, ambas piezas fundamentales de la revolución de la historieta en los 80.
"Wow", pensaban este par de gringuitos, "imagínate trabajar con este cuate."
Ambos habían pedido chamba en DC Comics, concretamente para hacer Swamp Thing, personaje de historias de terror que habían creado Lein Wein y Berni Wrightson a inicios de los 70. No sólo se las dieron (no sin batallar un poco) sino que además al poco tiempo el editor les iunformó que el nuevo guionista de la serie sería precisamente Alan.
Alguna vez Stephen King dijo que el Dark Knight de Fran Miller es la pieza más fina de arte cómic jamás disponible para las grandes masa. Yo me permito diferir del maestro: estoy convencido de que ese honor le corresponde a los cómics mensuales de Swamp Thing hechos por este equipo, vendidos a 75 centavos de dólar durante mediados de los 80.
Siempre he sentido que el horror es el patito feo de los subgéneros, por la dificultad de renovarse. Sin embargo, la labor de estos sujetos inyectó, hum, sangre fresca al género, sobre todo en un medio tan reacio a los cambios como el cómic. Mes a mes, Swamp Thing se enfrentaba a situaciones tan extrañas como inquietantes, en los que habría de convertirse en un tour de force a los más profundos miedos de la Norteamérica de los 80. Nada mal para un inglés que jamás había pisado Estados Unidos.
Afortundamante todas esas historias, publicadas originalmente en papel corriente ("papier merdique". lo llamó Moebius) están recopiladas en 6 tomos editados por Vertigo.
Bissette recuerda esta época con la nostalgia con que se ve el esplendor: "Era el principio de algo sin precendentes para nosotros y, como resultó ser, para los cómics como una comunidad. un medio y una industria", escribe el dibujante.
Ellos terminarían su etapa en Swamp Thing y se moverían a otros proyectos.
Sería larguísimo y estéril intentar resumir el texto de Bissette. Baste resaltar dos cosas. Dice que el gran talento de Alan Moore es el poder interactuar creativamente con su dibujante en turno, involucrándose en su estilo narrativo e intereses creativos, de ahí el éxito de piezas como Watchmen y From Hell. Incluso cuando trabajó con Jim Lee para escribir unos guiones de Wildcats.
Desgraciadamente las cosas no estaban destinadas a salir muy bien. Bissette fundó una editorial, Spiderbaby Graphix, que habría de publicar una antología de terror llamada Taboo, que incluía entre otras las series From Hell en su primera edición y Lost Girls, ambas escritas por Moore. La antología fue un éxito entre los críticos especializados (si es que tal cosa existe en los cómics) pero un fracaso de ventas.
"Mi relación con Alan se fue detriorando en la medida que era más de negocios que creativa", recuerda Bissette con tristeza. Taboo terminó naufragando. En un intento por salvar a la editorial, Bissette planeaba publicar el guión entero de Alan (aún no se había terminado de dibujar la serie) en coedición con otra editorial. Desgraciadamente Alan y Eddie Campbell, el dibujante, ya habían vendido los derechos de la película. Las cosas se pusieron tensas. Hubio abogados de por medio.
Lo anterior aunado al hecho de que Alan, tras colaborar con Jim Lee inició una serie llamada 1963, en la que hacía una recreación nostálgica de los superhéroes de la Marvel de aquella época. A ella invitó al propio Bissette, Rick Veitch y John Tottleben. Era una chamba bien pagada y todos estaban muy contentos... hasta que Alan la suspendió sin mayor explicación.
La relación comenzó a desmoronarse.
La gota que derramó el vaso fue una entrevista dada por Bissette al Comics Journal, revista especializada en el medio, una de las más serias, en la que daba su versión tanto del incidente con el libro de los guiones de From Hell como de 1963. Habiendo tanta gente implicada, Bissette pidió al editor mandar la entrevista a sus amigos mencionados, entre otros Alan Moore, para que la revisaran.
No recibió ni una palabra de Alan, pero al poco tiempo, Neil Gaiman le llamó. Acababa de regresar de Inglaterra donde había visto a Moore, que estaba furioso por la entrevista.
Bissette le llamó, sólo para recibir una frase cortante como navaja: "Bien, Steve, seré breve. No me vuelvas a llamar, no me vuelvas a escribir. En lo que a mí concierne, se acabó. Adiós." Y colgó. Sin derecho de réplica.
Al poco tiempo, Steve Bissette se divorció. Poco después se retiró de los cómics.
Ahora sólo se aproxima al trabajo de Alan Moore como lector. El maldito inglés jamás le volvió a dirigir la palabra.
Debo confesarlo, el texto de Bissette me conmovió profundamente, no sólo por la crónica de lo que considero una de las mejores colaboraciones que ha habido en los cómics gringos, sino por la honestidad con la que habla de su relación con Moore, relación de amor-odio que con toda objetividad desnuda a Alan para bajarlo del pedestal en que lo colocan todos los demás colaboradores del libro.
En fin. Perdonen la clavadez, pero quería sacar esto de mi sistema.
Un poco (prometo ser más breve) sobre Alan Moore en un post futuro.
lunes, julio 18, 2005
jueves, julio 14, 2005
Queremos tanto a Alan (1)
El hombre de barba es Alan Moore, sin duda el más importante escritor de cómics de todos los tiempos, inspirador de la horneada de artistas ingleses que tomaron por asalto el mundillo de la historieta gringa entre los 80 y los noventa (grupo que incluye a Dave McKean, Neil Gaiman, Grant Morrison, Jamie Delano, Peter Milligan, etc.)
Alan Moore fue el creador, junto con Steve Bissette y Jonh Totleben de Jonh Constantine, personaje recientemente interpretado en la pantalla por Keanu Reeves (aunque de hecho estaba totalmente basado en la imagen de Sting).
Alan Moore es el escritor, entre otras, de novelas gráficas como A Small Killing, V For Vendetta, From Hell, las series Miracleman, The League of Extraordinary Gentlemen, Lost Girls, Big Numbers y muy especialmente Watchmen, monumental historia narrada en cómic sobre un universo alternativo en el que sí existieron los superhéroes y que redefinió el género de la malla y la capa hace veinte años.
Watchmen no sólo ganó el premio Hugo. Fue también el cómic de casi 300 páginas que cuando tenía 17 años y leí casi de corrido, que me hizo decidir ser escritor.
Pero aunque hoy quería hablar de Alan Moore, me encontré con esta foto, una auténtica rareza tomada durante los 80 en en la Comicon de San Diego, en la que este inglés aparece junto a (de pie, por favor, damas y caballeros) Jack Kirby.
¡Hey! ¿Por qué no oigo aplausos?
Ah, claro, se me olvidaba, a nadie le importan los cómics.
OK, sólo diré dos cosas:
1) Jack Kirby es considerado el mejor dibujante de cómics gringo de todos los tiempos y...
2) Jack Kirby inventó a los 4 fantásticos.
Sólo por eso, merece la inmortalidad.
Pero los 4F es tan sólo una de las muchísimas series que dibujó.
Activo desde tiempos de la segunda guerra mundial hasta finales de los 80, su carrera sólo se puede comparar con la del recientemente fallecido Will Eisner, creador del Spirit.
Estos caballeros prácticamente inventaron el medio como lo conocemos hoy en día.
(Y no se dejen engañar, Stan Lee escribía las escaletas de los guiones, Kirby dibujaba y narraba gráficamente la historia para que Lee pusiera los diálogos. A veces ni siquiera hacía eso, sólo le mandaba una frase, como cuando Kirby inventó a Galactus y al Silver Surfer a partir de una frase enviada por Lee: "Make them fight God." La neta, Stan Lee siempre fue más empresario que creador y estuvo del lado de la empresa aún por encima de los derechos de autor de sus compañeros. En fin...).
Así que antes de hablar de Alan Moore (lo haré en el siguiente post), aquí va esta historia, que no sé si ya conté aquí alguna vez, pero hoy quiero compatirla con ustedes:
Jack Kirby y yo
1990. Los 80 acababan de terminar pero no se iban aún. Había caído el muro de Berlín pero el Grunge apenas era un balbuceo subterráneo en Seattle. Todavía era presidente Carlos Salinas de Gortari y en la Casa Blanca despachaba Bush. La guerra del golfo, la primera, apenas se vislumbraba en el futuro y nadie sabía sobre Osama Bin Laden.
San Diego, California, la ciudad perfecta, Buen clima, mujeres hermosas, el mar, Tijuana a un lado, un gran circuito de antros alternativos y yo, metido en una convención de cómics.
A los 18 años, recién salido de la prepa y a unas semanas de entrar a la universidad, hice mi primer viaje al extranjero solo. A una convención de cómics.
Ahora no es tan mal visto, pero en aquel tiempo leer historietas se considera evidencia de retraso mental.
Pero aquí estaba yo, acompañado de otros amigos freaks. Todos queríamos ser moneros. Todos ellos se diluyeron en otras cosas. De toda esa gente sólo quedamos dos o tres. Tres: Pepe Rojo, Bachan y yo.
Aquí, reunidos en un centro de convenciones gigantesco, todos los años esta feria-expo-cónclave reúne editoriales, tiendas de cómics, fabricantes de juguetes y videojuegos, productores de cine y creadores de historietas.
Mis héroes, a quienes había conocido por su trabajo impreso, estaban todos (o casi todos) reunidos ahí. En vivo. Frente a mí.
No había salido aún del estupor de conocer a Sergio Aragonés cuando caminando por los cientos de puestos de la convención, me topé con Jack Kirby.
Para entonces, el hombre era una leyenda en el mundillo del cómic. Sin embargo, la fanaticada estaba fascinada con Frank Miller y otros moneros jóvenes, gente de moda.
Nadie pelaba a Kirby.
Era, como puede verse en la foto, un anciano de aspecto tranquilo. De voz suave, cascada de tanto fumar puros.
La escena era casi onírica: Kirby hablaba y hablaba como un profeta bíblico. Hablaba de la guerra (recuerden, Bush estaba a punto de patear el trasero de Saddam).
Decía que la guerra era lo peor de la humanidad. Que él era veterano de dos guerras, la segunda mundial y la de Corea, y que era lo pero que podía haber en la Tierra. Que había que luchar por la paz.
La gente llegaba con él, hacían como que lo escuchaban sólo para ponerse junto al maestro y tomarse una foto. Luego se iban, dejándolo con la palabra en la boca. Vi a varios hacer eso.
Yo, lo escuchaba embelesado. Como hipnotizado.
Cuando pude salir del trance, me acerqué y le dije, casi balbueando:
"Señor Kirby..."
"¿Sí?"
"Yo... sólo quiero darle las gracias por haber dibujado todas esas historias de los Cuatro Fantásticos. Realmente hicieron de mi niñez un mejor lugar."
El anciano se me quedó viendo, con aquellos ojos que tanto me recordaban a los de Yoda, enmarcados por dos cejas espesas, negrísimas. Guardó silencio un instante para responder:
"No, gracias a ti, hijo, por leerlas."
Wow.
Por supuesto, salí flotando.
Desde entonces tengo a Jack Kirby en un altar.
Murió cuatro años después, aquejado de una artritis que ya no le permitía dibujar.
Derramé una lágrima cuando supe de su muerte. Le llamaban el Rey de los cómics.
Larga vida al Rey.
Más sobre Alan Moore en el siguiente post...
miércoles, julio 13, 2005
martes, julio 12, 2005
La semana de la radio
Hoy martes 12, a las 12 más o menos estaré en Radio Ibero 90.9 de FM en un programa que se llama "Más de noventa y nueve".
El jueves a las 10, en el programa "Antisocial" de Rulo David, en reactor 105.7.
Y el sábado, a las 8 de la mañana se transmitirá una entrevista grabada en el programa "Qué hacer" con Mariana H de Imagen 90.5 FM.
Saludos.
Hoy martes 12, a las 12 más o menos estaré en Radio Ibero 90.9 de FM en un programa que se llama "Más de noventa y nueve".
El jueves a las 10, en el programa "Antisocial" de Rulo David, en reactor 105.7.
Y el sábado, a las 8 de la mañana se transmitirá una entrevista grabada en el programa "Qué hacer" con Mariana H de Imagen 90.5 FM.
Saludos.
viernes, julio 08, 2005
I'm an angel
El sábado pasado murió Jeziel Sánchez, monero de Guadalajara, un talentoso dibujante de cómics nacido en 1978.
Remito el mensaje que nuestro amigo, El iguano mayor posteó en el foro Ipso Facto:
El domingo 26 de Junio, por la noche, después de visitar a sus padres Jeziel se fue en su bicicleta a su casa y por el periférico fue atropellado. Estuvo dos días desaperecido ( como vivia solo nadie se dió cuenta que no llego a su casa)y hasta el martes en la tarde lo encontraron en un hospital de la ciudad su familia y algunos amigos. De ahí por la condición que tenía se lo llevaron al Centro Médico de Occidente en donde estaría mejor atendido. Desde ese día hasta hoy ha estado sedado y el diagnóstico es que Jeziel está muy grave.
Días después, ell domingo 3, el Iguano informaba:
Me lleva la chingada dar este tipo de noticias
JEZIEL murió anoche, le dió un paro cardíaco. Ya no pudo seguir luchando por la vida....
Fue mejor así, por que la neta ya estaba muy cabrón (tenía costillas rotas, pulmones dañados, derrame cerebral, insuficiencia renal, cerebro inflamado, respiración por máquina, se sabía que tenía una parte de la columna estaba dañada y más madres....chales...
Después de que murió empezo otro calvario pues como fue atropellado se debe mandar el cuerpo a que le hagan la autopsia en el SEMEFO y levantar demanda en ese mismo momento para que se inicien las averiguaciones contra quién resulte responsable....
Ya le entregaron el cuerpo a la familia y hoy se le da santa sepultura.
DESCANSE EN PAZ, UN GRAN AMIGO...
DOY GRACIAS A DIOS POR QUE CONOCI Y TUVE AMISTAD CON UN GRAN OSO DE AMOR Y BUENA VIBRA ANDANTE.
Me gustaría decirles más cosas pero la neta , ya no puedo escribir más... me siento de la chingada..apenas me anda pegando..
La noticia ha sacudido a la pequeña comunidad monera del país. Rulo Treviño colocó este conmovedor texto en su página y han sido muchos quienes han expresado sus condolencias en el foro.
Jeziel es el chico de la foto, en un fotomontaje que había colocado en su portafolio de ilustración. El título de la imagen es I'm an angel, en referencia a su nombre. Los ángeles era un tema recurrente en sus cómics. Ahí pueden ver más de su trabajo.
Yo sólo quisiera compartirles aquí lo que posteé en el foro:
Yo sí tuve el gusto de conocerlo. Lo vi en dos ocasiones, una durante el Festival Euforia 2004, y la otra en el encuentro de historietistas paralelo a la FIL del mismo año.
En aquella ocasión, Bachan, Clément, Quintero y yo fuimos invitados a un pánel sobre cómic independiente. Jeziel estuvo en primera fila, junto con los demás compas de Karaokulta.
Al final de la mesa redonda, se hizo una sesión de preguntas y respuestas. Recuerdo que él hizo un comentario en el que decía que los de la mesa éramos ya "la vieja guardia" del cómic independiente.
Por la noche se hizo un homenaje a Rius en la cantina La Mutualista. Se había presentado en aquellos días El libro monero. compilación del cómic jalisciense. Algo así como el primo tapatío de Pulpo Comics (de la que él y su grupo habían sido excluidos, ignoro la razón, honestamente su nivel era mucho mejor que el de la mayoría de los antologados).
Jeziel nos llevó a Bachan y a mí un ejemplar de un cómic antológico gringo o canadiense en el que habían incluido su trabajo. Y debo decir que su historia era por mucho la mejor dibujada.
Le pedí que nos la dedicara y lo invité a participar en el segundo tomo de Pulpo Cómics. Debieron ver el gesto de emoción en su rostro de niño. "¿En serio? ¿Deveras?", preguntaba como si no lo creyera.
"Oye, y algún día", me dijo tímidamente, "¿podrías escribirme un guión?"
Le dije que me encantaría. Se puso feliz.
Cómo lamento jamás haber escrito esa historia.
Esta tragedia nos arranca prematuramente a un artista talentoso, inquieto y disciplinado. Un grafista que empezaba a despuntar, que estaba a punto de dar el gran salto y que pronto destacaría internacionalmente. Cuando supe que murió --y el cómo-- no pude evitar que se me botaran las lágrimas.
Desde aquí me solidarizo con el dolor de toda la comunidad monera y de la familia de Jeziel.
Decansa tranquilo, carnalito. Nos vemos del otro lado.
Maldita sea...
Anuncio
Me incomoda un poco salir con frivolidades en este momento. Jeziel era mucho mejor dibujante que yo. Sólo quiero avisar que el próximo domingo, la revista Día Siete publicará en formato de cómic el primer capítulo de Tiempo de alacranes, dibujado en 6 páginas por su atento y seguro servidor. Sirva este trabajito como un pequeño homenaje a quien seguramente hubiera acabado en las grandes ligas del cómic internacional.
Sólo quiero cerrar con dos editoriales en cuatro palabras:
Sobre el metrobús: No vuelvo a subirme.
Sobre Bejarano: La "justicia" da asco.
domingo, julio 03, 2005
Oops, I did it again
Como bien me ha señalado uno de los lectores de este blog, el ser gay no implica ser pedófilo.
En el post anterior dejé entrever mi ignorancia y prejuicios al poner la frase "Imagínense, era gay y lo dejaban con los niños", refiriéndome a un hermano marista.
Pido una disculpa. Y aunque el lugar común es decir "tengo amigos gay" para demostrar que no se es prejuicioso, debo confesar que no pocas veces he dicho comentarios incómodos para mis cuates homosexuales.
Sólo quisiera abundar un poco, en mi descargo, en el origen de esta homofobia automática. Y es que fueron los propios maristas los que me la inculcaron.
Imaginen estar en una escuela de puros hombres donde no sólo prevalece la ley de la selva, sino que además cualquier señal de presunta debilidad se convertía en el objetivo de las más crueles burlas. Todos teníamos que ser "muy hombrecitos".
De hecho, el camión de la escuela era como una crujía del reformatorio. La más brutal crueldad infantil desatada.
Con la frase en cuestión más bien me refería a la dificultad que seguramente implicaba para un religioso gay estar rodeado de muchachitos, sobre todo en las prepas de los maristas.
De nuevo una disculpa.
Como bien me ha señalado uno de los lectores de este blog, el ser gay no implica ser pedófilo.
En el post anterior dejé entrever mi ignorancia y prejuicios al poner la frase "Imagínense, era gay y lo dejaban con los niños", refiriéndome a un hermano marista.
Pido una disculpa. Y aunque el lugar común es decir "tengo amigos gay" para demostrar que no se es prejuicioso, debo confesar que no pocas veces he dicho comentarios incómodos para mis cuates homosexuales.
Sólo quisiera abundar un poco, en mi descargo, en el origen de esta homofobia automática. Y es que fueron los propios maristas los que me la inculcaron.
Imaginen estar en una escuela de puros hombres donde no sólo prevalece la ley de la selva, sino que además cualquier señal de presunta debilidad se convertía en el objetivo de las más crueles burlas. Todos teníamos que ser "muy hombrecitos".
De hecho, el camión de la escuela era como una crujía del reformatorio. La más brutal crueldad infantil desatada.
Con la frase en cuestión más bien me refería a la dificultad que seguramente implicaba para un religioso gay estar rodeado de muchachitos, sobre todo en las prepas de los maristas.
De nuevo una disculpa.
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