Caso Sifuentes
No news is good news.
Hay poco qué contar.
Fue una confusión mía, lo acepto, pero la resolución no salió el martes. Creo que será hasta hoy, viernes, o el lunes.
Gerardo me llamó. El ánimo está en alto, con la esperanza puesta en la apelación.
Hay tres novedades tres, que vale la pena comentar:
* Se han deslindado jurídicamente las defensas de Gerardo y Epigmenio, es decir, cada uno será defendido por su propio abogado.
*Por lo anterior, se han separado también las cuentas bancarias. Si alguien quiere cooperar con los gastos de la familia Sifuentes, por favor deposite su aportación a la cuenta Bancomer # 11 37 37 03 50
a nombre de Gerardo Sifuentes González (papá del Chícharo).
*Raul Schenardi (¡¡¡saludos!!!) ha escrito desde Italia una nota sobre este encierro injusto en la página de Valerio Evangelisti, famoso autor de ciencia ficción italiano. La nota, así como la traducción al italiano del cuento Radiotekhnika Cantina de Sifuentes, se pueden leer aquí.
Lo demás, es esperar.
Gracias.
Bef
viernes, abril 30, 2004
viernes, abril 23, 2004
Caso Sifuentes
Muchas gracias a todos los que han escrito preguntando por las novedades respecto a Gerardo. No he posteado nada entre otras cosas porque hay poco que contar. Este martes se cumple el término legal para que el magistrado diga si se acepta o no la apelación. En caso de ser así, nuestros amigos salfrían absueltos en un plazo máximo de 5 días.
En caso contrario, se esperaría la sentencia de la juez, donde el mejor de los escenarios es que se fije una fianza. Tras pagarla, Gerardo y Epigmenio podrían salir libres.
Como ven, sólo queda esperar. Gerardo me ha llamado varias veces desde el bote. Está bien, pero la espera ha sido muy desgastante. Básicamente está harto y con ganas de largarse de ahí (por muy tranquilo que esté, no deja de ser la cárcel). Tiene ganas de irse a la playa.
Cualquier cosa que suceda, la postearé de inmediato. De nuevo gracias a todos los compas que se han solidarizado con Gerardo, a la gente de Puebla, de Guadalajara, de TJ, de Chiapas y del resto de la República, así como a todos los que han escrito y apoyado desde el extranjero.
Espero que la próxima vez les pueda dar la noticia de que nuestros amigos salen libres. Hay que resistir, esta pesadilla terminará pronto.
Gracias,
Bef
Muchas gracias a todos los que han escrito preguntando por las novedades respecto a Gerardo. No he posteado nada entre otras cosas porque hay poco que contar. Este martes se cumple el término legal para que el magistrado diga si se acepta o no la apelación. En caso de ser así, nuestros amigos salfrían absueltos en un plazo máximo de 5 días.
En caso contrario, se esperaría la sentencia de la juez, donde el mejor de los escenarios es que se fije una fianza. Tras pagarla, Gerardo y Epigmenio podrían salir libres.
Como ven, sólo queda esperar. Gerardo me ha llamado varias veces desde el bote. Está bien, pero la espera ha sido muy desgastante. Básicamente está harto y con ganas de largarse de ahí (por muy tranquilo que esté, no deja de ser la cárcel). Tiene ganas de irse a la playa.
Cualquier cosa que suceda, la postearé de inmediato. De nuevo gracias a todos los compas que se han solidarizado con Gerardo, a la gente de Puebla, de Guadalajara, de TJ, de Chiapas y del resto de la República, así como a todos los que han escrito y apoyado desde el extranjero.
Espero que la próxima vez les pueda dar la noticia de que nuestros amigos salen libres. Hay que resistir, esta pesadilla terminará pronto.
Gracias,
Bef
miércoles, abril 07, 2004
Carta abierta a Heberto Castillo
Sr. Ingeniero,
Estoy seguro de que no se acuerda de mí, entre otras cosas porque la única vez que coincidimos fue en una conferencia que dio usted en 1990 en el Centro Universitario México, el CUM, preparatoria católica de los hermanos maristas donde yo estudié.
Usted hablaba, yo estaba perdido entre el público; ni siquiera participé con una pregunta.
Era la Semana de la Juventud, a la que habían sido invitados diversos personajes, entre otros usted y —quizá para complementar el rango ideológico— el economista Luis Pazos.
Nunca fui muy sociable en la prepa. La idea de ir a mezclarme con lo más selecto de la oligarquía tampoco me atraía mucho. Pero usted, ingeniero, ya era una leyenda en mi panteón personal. No podía dejar de ir a su plática.
Verá, crecí en una familia de vocación liberal. Siempre digo en broma que mi papá era comunista y mi mamá hippy. Ninguno de los dos fue eso, pero lo parecían. El hecho es que crecí en una casa donde se leía mucho, entre otras cosas Proceso y libros de Rius, en un hogar donde se nos acurrucaba con música de Óscar Chávez y Mercedes Sosa.
Ahora que lo recuerdo, siendo niño alguna vez vi su nombre en un libro suyo ilustrado por Rius que se llamaba Huele a gas. La caricatura del tío Sam de la portada me llamó la antención pero mi abuela, otra gran lectora, no me dejó leerlo. "Pero es de Rius", alegué. "Sí, pero no es para niños. Además, Heberto Castillo es un agitador", contestó ella.
(No la juzgue mal, inge, la abuela fue una mujer muy inteligente, era maestra educadora y había estudiado filosofía en la UNAM —fue de las primeras mujeres en pisar las aulas universitarias— pero tenía el problema de haber crecido en el México posrrevolucionario, de haber creído en la revolución que le había permitido estudiar siendo huérfana y de haber sido, gracias al abuelo, cercana tangencialmente al poder. En fin, continúo...)
La abuela murió en 1983. Aún faltaban 17 años antes de que el PRI perdiera la presidencia. Estoy seguro de que no le gustaban mucho los priístas, pero también de que se hubiera ido de espaldas de saber que hoy sus restos mortales serán trasladados a lo que ella conoció como la Rotonda de los hombres ilustres.
Dice Fernando Vallejo que la inmortalidad es una estatua cagada por las palomas.
Aquella vez, la de la conferencia, alguien le preguntó por los cimientos de lo que en aquel tiempo se llamaba el Hotel de México pero se empezaba a conocer como el World Trade Center. "Uno nunca sabe para quién trabaja", dijo usted, con un suspiro resignado.
¿Se imaginaba usted para quién estaba trabajando cuando renunció a su candidatura del PSUM para unirse a la campaña deCuahutémoc Cárdenas? ¿Qué hubiera pensado, ingeniero, de haber visto los videos donde René Bejarano y Carlos Ímaz reciben dinero de Carlos Ahumada? Quizá hubiera pensado lo que tantos simpatizantes del Perredé pensamos: ¿Esa es la izquierda de este país? ¿Para eso han muerto tantos militantes de las bases del partido en Guerrero, en Oaxaca, en Morelos?
Todavía recuerdo, aunque era adolescente aún y bastante despolitizado, su campaña presidencial. Incluso recuerdo un artículo de Proceso donde aparecía una foto del inicio de campaña dde Salinas, a todo trapo, junto a una de usted, sentado con una familia humilde en algún barrio proleta del D.F., sin tarimas ni mantel de fieltro verde, sin micrófonos ni acarreados. Sólo su sonrisa serena, y la gente con usted.
Cuando en la conferencia el el auditorio del CUM alguien le preguntó sobre su labor como maestro universitario, usted dijo que estaba en contra de las becas deportivas. "Porque luego becan a un muchacho en el básquetbol y pasa sus materias por ser seleccionado y luego sale una bestia bsaquetbolera que se le cae el primer puente que construye", dijo.
Pues eso, bestias basquetboleras es lo que ha salido del Perredé. Los hijos de la nueva izquierda son incapaces de construir puentes firmes. Mucho menos distribuidores viales.
En 1990 la URSS acababa de caer. "Pobres comunistas", dijo mi amigo Eric List, "han de estar convertidos en unos anarquistas confundidos". Cuando yo llegué, y quizá pudiera hablar a nombre de mi generación, ya no había ideologías ni héroes. El Ché Guevara ya servía para vender pantalones de mezclilla. Trotsky anunciaba pollo frito y Mao era un chino gordo en un cuadro de Andy Warhol. Casi quince años después las cosas no son mucho mejores.
¿Qué hubiera pensado, Inge, si hubiera visto esta tierra de confusión, con un presidente del PAN, con los zapatistas guardando silencio, con un montón de ladrones incrustados en la mismísima cúpula de la oposición, y con un agitador en la Rotonda de las personas ilustres...?
Uno nunca sabe para quién trabaja.
En fin, estoy cantinfleando. No lo molesto más, le dejo dormir tranquilo. Es sólo que cuando usted nos dejó en 1997 murió con usted algo que la izquierda ha sido incapaz de reponer: autocrítica, humildad y mesura.
Ojalá hubiera más agitadores.
Sr. Ingeniero,
Estoy seguro de que no se acuerda de mí, entre otras cosas porque la única vez que coincidimos fue en una conferencia que dio usted en 1990 en el Centro Universitario México, el CUM, preparatoria católica de los hermanos maristas donde yo estudié.
Usted hablaba, yo estaba perdido entre el público; ni siquiera participé con una pregunta.
Era la Semana de la Juventud, a la que habían sido invitados diversos personajes, entre otros usted y —quizá para complementar el rango ideológico— el economista Luis Pazos.
Nunca fui muy sociable en la prepa. La idea de ir a mezclarme con lo más selecto de la oligarquía tampoco me atraía mucho. Pero usted, ingeniero, ya era una leyenda en mi panteón personal. No podía dejar de ir a su plática.
Verá, crecí en una familia de vocación liberal. Siempre digo en broma que mi papá era comunista y mi mamá hippy. Ninguno de los dos fue eso, pero lo parecían. El hecho es que crecí en una casa donde se leía mucho, entre otras cosas Proceso y libros de Rius, en un hogar donde se nos acurrucaba con música de Óscar Chávez y Mercedes Sosa.
Ahora que lo recuerdo, siendo niño alguna vez vi su nombre en un libro suyo ilustrado por Rius que se llamaba Huele a gas. La caricatura del tío Sam de la portada me llamó la antención pero mi abuela, otra gran lectora, no me dejó leerlo. "Pero es de Rius", alegué. "Sí, pero no es para niños. Además, Heberto Castillo es un agitador", contestó ella.
(No la juzgue mal, inge, la abuela fue una mujer muy inteligente, era maestra educadora y había estudiado filosofía en la UNAM —fue de las primeras mujeres en pisar las aulas universitarias— pero tenía el problema de haber crecido en el México posrrevolucionario, de haber creído en la revolución que le había permitido estudiar siendo huérfana y de haber sido, gracias al abuelo, cercana tangencialmente al poder. En fin, continúo...)
La abuela murió en 1983. Aún faltaban 17 años antes de que el PRI perdiera la presidencia. Estoy seguro de que no le gustaban mucho los priístas, pero también de que se hubiera ido de espaldas de saber que hoy sus restos mortales serán trasladados a lo que ella conoció como la Rotonda de los hombres ilustres.
Dice Fernando Vallejo que la inmortalidad es una estatua cagada por las palomas.
Aquella vez, la de la conferencia, alguien le preguntó por los cimientos de lo que en aquel tiempo se llamaba el Hotel de México pero se empezaba a conocer como el World Trade Center. "Uno nunca sabe para quién trabaja", dijo usted, con un suspiro resignado.
¿Se imaginaba usted para quién estaba trabajando cuando renunció a su candidatura del PSUM para unirse a la campaña deCuahutémoc Cárdenas? ¿Qué hubiera pensado, ingeniero, de haber visto los videos donde René Bejarano y Carlos Ímaz reciben dinero de Carlos Ahumada? Quizá hubiera pensado lo que tantos simpatizantes del Perredé pensamos: ¿Esa es la izquierda de este país? ¿Para eso han muerto tantos militantes de las bases del partido en Guerrero, en Oaxaca, en Morelos?
Todavía recuerdo, aunque era adolescente aún y bastante despolitizado, su campaña presidencial. Incluso recuerdo un artículo de Proceso donde aparecía una foto del inicio de campaña dde Salinas, a todo trapo, junto a una de usted, sentado con una familia humilde en algún barrio proleta del D.F., sin tarimas ni mantel de fieltro verde, sin micrófonos ni acarreados. Sólo su sonrisa serena, y la gente con usted.
Cuando en la conferencia el el auditorio del CUM alguien le preguntó sobre su labor como maestro universitario, usted dijo que estaba en contra de las becas deportivas. "Porque luego becan a un muchacho en el básquetbol y pasa sus materias por ser seleccionado y luego sale una bestia bsaquetbolera que se le cae el primer puente que construye", dijo.
Pues eso, bestias basquetboleras es lo que ha salido del Perredé. Los hijos de la nueva izquierda son incapaces de construir puentes firmes. Mucho menos distribuidores viales.
En 1990 la URSS acababa de caer. "Pobres comunistas", dijo mi amigo Eric List, "han de estar convertidos en unos anarquistas confundidos". Cuando yo llegué, y quizá pudiera hablar a nombre de mi generación, ya no había ideologías ni héroes. El Ché Guevara ya servía para vender pantalones de mezclilla. Trotsky anunciaba pollo frito y Mao era un chino gordo en un cuadro de Andy Warhol. Casi quince años después las cosas no son mucho mejores.
¿Qué hubiera pensado, Inge, si hubiera visto esta tierra de confusión, con un presidente del PAN, con los zapatistas guardando silencio, con un montón de ladrones incrustados en la mismísima cúpula de la oposición, y con un agitador en la Rotonda de las personas ilustres...?
Uno nunca sabe para quién trabaja.
En fin, estoy cantinfleando. No lo molesto más, le dejo dormir tranquilo. Es sólo que cuando usted nos dejó en 1997 murió con usted algo que la izquierda ha sido incapaz de reponer: autocrítica, humildad y mesura.
Ojalá hubiera más agitadores.
viernes, abril 02, 2004
Sif
Acabo de hablar con Gerardo, me llamó desde el bote para contarme que pronto tendrá una audiencia de apelación, esto significa que expondrán su caso ante un magistrado.
Si todo sale bien y el dictamen del juez les es favorable, Gerardo y Epigmenio saldrán 5 días después.
"Espero que la próxima vez que nos veamos sea para celebrarlo", le dije. Con una cerveza en medio. "Y una malteada de fresa", agregó él.
Bien. Ahí está. Ahora sólo queda esperar. Es probable que se les fije una fianza, por lo que a quienes puedan cooperar con dinero (cualquier cantidad es buena) les recuerdo que pueden depositar a la cuenta de ahorro Bancomer 1250578401 a nombre de Adriana Quijada Martín. Muchas gracias a todos aquellos que lo han hecho, y perdonen que ponga gorro con esto, pero es importante.
Así, quienes sean religiosos dediquen una oración por nuestros amigos, para que pronto estén de nuevo entre nosotros.
Muchas gracias.
Y de vuelta en el Blog...
Pese a su corta edad, Matthieu Kassovitz tiene una sólida carrera de director. Quizá algunos recuerden El odio y aquella otra llamada Los ríos púrpura.
Pero creo que la mayoría lo ubicará como el novio narigón de Audrey Tatou (!mamita!) en Amelie.
Bueno, pues ahora debuta en el cine hollywoodense dirigiendo a Hale Berry (otro bombón) en una cinta de fuertes resonancias hitchcockianas que en México se ha titulado Espíritus Ocultos pero que en realidad se llama Gothika.
Una psiquiatra en una cárcel femenina, casada con el director de la institución, sale una noche tarde del trabajo sólo para toparse con una desviación que la hará tomar un camino alterno a casa. Al hacerlo, se topa de frente con una chica semidesnuda, a todas luces víctima de un ataque, a la que casi atropella y...
Tres días después amanece en una celda de alta seguridad para enterarse que asesinó brutalmente a su esposo.
Entra al quite Robert Downey, Jr., el niño malcriado de Hollywood en el papel de un psiquiatra, compañero de la ahora encarcelada Dra. Grey.
Wow. Pese a las evidentes concesiones que Kassovitz debe hacer al sistema hollywoodense, y a varios hoyos que tiene por ahí el guión de Sebastian Gutierrez, esta cinta de fantasmas te mantiene pegado al asiento, te hace brincar del susto un par de veces y hasta se da el lujo de tener un final feliz. Es algo así como Sexto Sentido conoce a Me quieren volver loca, con un discreto toquecito de cine gore.
Totalmente recomendada.
Leído, visto y oído
Por recomendación de Albert Chimal estoy leyendo los cuentos completos de Francisco Tario en dos tomos (Lectorum). Una maravilla; como dijera alguna vez Ursula K. Le Guin de Philip K. Dick, "todo el tiempo tuvimos nuestro propio Borges sin darnos cuenta". Bueno, quizá no tanto, pero es muy bueno.
Además me estoy recetando La mente nueva del emperador, de Roger Penrose, en donde cuestiona la posiblidad de crear máquinas auténticamente pensantes.
Si no has visto Big Fish, ya no chingas.
Llámenme naco, pero ando fascinado con un dueto llamado Akwid. Dos tipos, supongo que pochos, traen un proyecto de hip hop mezclado con música de banda. El resultado es un híbrido monstruoso pero fascinante. No creo exagerar al decir que es el equivalente de los hip hoperos árabes de Francia, que también mezclan la música moderna con sus tradiciones.
Las letras, como en casi todo el hip hop en español, dejan mucho que desear, pero la música vale la pena oirla con atención.
Para alimentar el ego
En la edición de este mes de Gatopardo se incluye el artículo "Los mexicanos más ilutrados", donde se muestra el trabajo de 13 diseñadores gráficos que ilustran. Entre otros, aparecen Jorge Alderete, los hermanos Peón, Alejandro Magallanes, Guadamur y un servidor. Quizá haga mal en cacarearlo, pero como pocas veces me pelan para estas cosas, pues estoy muy contento.
Acabo de hablar con Gerardo, me llamó desde el bote para contarme que pronto tendrá una audiencia de apelación, esto significa que expondrán su caso ante un magistrado.
Si todo sale bien y el dictamen del juez les es favorable, Gerardo y Epigmenio saldrán 5 días después.
"Espero que la próxima vez que nos veamos sea para celebrarlo", le dije. Con una cerveza en medio. "Y una malteada de fresa", agregó él.
Bien. Ahí está. Ahora sólo queda esperar. Es probable que se les fije una fianza, por lo que a quienes puedan cooperar con dinero (cualquier cantidad es buena) les recuerdo que pueden depositar a la cuenta de ahorro Bancomer 1250578401 a nombre de Adriana Quijada Martín. Muchas gracias a todos aquellos que lo han hecho, y perdonen que ponga gorro con esto, pero es importante.
Así, quienes sean religiosos dediquen una oración por nuestros amigos, para que pronto estén de nuevo entre nosotros.
Muchas gracias.
Y de vuelta en el Blog...
Pese a su corta edad, Matthieu Kassovitz tiene una sólida carrera de director. Quizá algunos recuerden El odio y aquella otra llamada Los ríos púrpura.
Pero creo que la mayoría lo ubicará como el novio narigón de Audrey Tatou (!mamita!) en Amelie.
Bueno, pues ahora debuta en el cine hollywoodense dirigiendo a Hale Berry (otro bombón) en una cinta de fuertes resonancias hitchcockianas que en México se ha titulado Espíritus Ocultos pero que en realidad se llama Gothika.
Una psiquiatra en una cárcel femenina, casada con el director de la institución, sale una noche tarde del trabajo sólo para toparse con una desviación que la hará tomar un camino alterno a casa. Al hacerlo, se topa de frente con una chica semidesnuda, a todas luces víctima de un ataque, a la que casi atropella y...
Tres días después amanece en una celda de alta seguridad para enterarse que asesinó brutalmente a su esposo.
Entra al quite Robert Downey, Jr., el niño malcriado de Hollywood en el papel de un psiquiatra, compañero de la ahora encarcelada Dra. Grey.
Wow. Pese a las evidentes concesiones que Kassovitz debe hacer al sistema hollywoodense, y a varios hoyos que tiene por ahí el guión de Sebastian Gutierrez, esta cinta de fantasmas te mantiene pegado al asiento, te hace brincar del susto un par de veces y hasta se da el lujo de tener un final feliz. Es algo así como Sexto Sentido conoce a Me quieren volver loca, con un discreto toquecito de cine gore.
Totalmente recomendada.
Leído, visto y oído
Por recomendación de Albert Chimal estoy leyendo los cuentos completos de Francisco Tario en dos tomos (Lectorum). Una maravilla; como dijera alguna vez Ursula K. Le Guin de Philip K. Dick, "todo el tiempo tuvimos nuestro propio Borges sin darnos cuenta". Bueno, quizá no tanto, pero es muy bueno.
Además me estoy recetando La mente nueva del emperador, de Roger Penrose, en donde cuestiona la posiblidad de crear máquinas auténticamente pensantes.
Si no has visto Big Fish, ya no chingas.
Llámenme naco, pero ando fascinado con un dueto llamado Akwid. Dos tipos, supongo que pochos, traen un proyecto de hip hop mezclado con música de banda. El resultado es un híbrido monstruoso pero fascinante. No creo exagerar al decir que es el equivalente de los hip hoperos árabes de Francia, que también mezclan la música moderna con sus tradiciones.
Las letras, como en casi todo el hip hop en español, dejan mucho que desear, pero la música vale la pena oirla con atención.
Para alimentar el ego
En la edición de este mes de Gatopardo se incluye el artículo "Los mexicanos más ilutrados", donde se muestra el trabajo de 13 diseñadores gráficos que ilustran. Entre otros, aparecen Jorge Alderete, los hermanos Peón, Alejandro Magallanes, Guadamur y un servidor. Quizá haga mal en cacarearlo, pero como pocas veces me pelan para estas cosas, pues estoy muy contento.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)